El servicio de suministro de agua centró buena parte del debate político del último pleno municipal de ses Salines. En la sesión, el equipo de gobierno dio cuenta de que la empresa concesionaria, Sorea, deberá abonar 180.000 euros al Consistorio para regularizar la situación contractual entre ambas partes.

Sin embargo, el Grupo Municipal PSOE-PSM-Progressistes, en la oposición, hizo especial hincapié en que la cuota de servicio pasará de 3,2 a 6,4 euros para los ciudadanos, y de 6 a 9 euros para los hoteles y apartamentos. En este sentido, hicieron una propuesta para que se incrementase el precio sólo a las franjas de consumo más altas, lo que fue rechazado.

Frente a este argumento, desde el equipo de gobierno, se destacó que el precio del consumo no se alterará. "Lo realmente importante es que el recibo no sufrirá variaciones porque el precio del consumo no se ve afectado, que es lo que realmente puede hacer subir las facturas y que la gente se lleve algún susto", manifestó el coordinador de Áreas, Joan Rodríguez.

Cuentas municipales

El pleno de anteayer sirvió también para que se aprobasen las cuentas municipales para este año. El presupuesto ascenderá a 5,8 millones de euros, 350.000 euros más que el año pasado. Para la alcaldesa Maria Bonet, se trata de unas "cuentas realistas". Apuntó que un 38% del montante presupuestario irá destinado al gasto en personal; un 45%, a gasto corriente; y un 7%, a la amortización de préstamos bancarios.

El equipo de gobierno, además, informó de que destinará 440.000 euros a inversiones como la del solar para el cuartel de la Guardia Civil de la Colònia, expropiaciones, asfaltado de calles e instalación de maquinaria. La oposición se mostró muy crítica con esta hoja de ruta económica y censuró en especial que únicamente uno de los ediles del gobierno municipal accediera a explicar en qué iba a gastar sus partidas presupuestarias.

Por otro lado, durante el pleno salió a relucir un debate sobre la línea editorial de la publicación oficial del Ayuntamiento, Mirall de Popa. Desde las filas de la oposición se acusó a esta revista de "desinformar" en vez de "informar". E, incluso, se la llegó a comparar con el Nodo de la época franquista.