­Desde hace unos meses, el pueblo de Lloret de Vistalegre vive una pesadilla de inseguridad y temor. No hay ningún día en que no ocurra un robo o un intento de apoderarse de los bienes ajenos. Son muchos los vecinos que cuentan sus experiencias, con la seguridad de que se trata de alguien que les conoce y sabe de sus movimientos. La situación que se vive en el pueblo del Pla es de auténtica psicosis.

Por este motivo, el alcalde de Lloret, Joan Jaume (PP), que ayer mismo se reunió con el director general de Interior sobre esta cuestión, ha solicitado ayuda a la delegación del gobierno para que colabore en las tareas de vigilancia de la población. Desde hace unos días, los vecinos de Lloret se han percatado de la presencia de dos vehículos de la Guardia Civil que vigilan a todas horas los distintos sectores de la localidad, especialmente las afueras del casco urbano, más susceptibles de recibir la visita de los ladrones.

Los refuerzos policiales son imprescindibles en una pequeña población en la que, tras la marcha del policía turístico, sólo queda un agente de la Policía Local que se dedica más a controlar el tráfico.

En la localidad nadie se explica cómo es posible que desde hace varias semanas se produzcan robos prácticamente a diario. Desde apoderarse de una llave que da acceso a la despensa o porche en donde se guardan los alimentos, hasta el robo de una escopeta de caza. Se da la circunstancia de que en una casa han visto a alguien merodeando precisamente con una escopeta.

Sospechas vecinales

Son muchos los que sospechan que, si el responsable no es alguien que reside en el pueblo, al menos está familiarizado con la vida social de la localidad. Hace unos días se celebró un funeral en el pueblo. Pues bien, los amantes de lo ajeno aprovecharon para entrar a robar en la casa de dos de las hijas del fallecido. Pero además muchos vecinos han sido visitados estando ellos mismos en el domicilio. Incluso en una ocasión una mujer llegó a ver a un encapuchado que entraba en su domicilio. Hay un ambiente enrarecido, de desconfianza, de no fiarse de nadie, pero también de impotencia; son muchos los que piden más presencia de la Guardia Civil antes que todo esto derive en alguna desgracia más lamentable.

El alcalde Jaume también cree que algunos de los responsables pueden tener vinculación con la localidad. "No sabemos quien puede ser, pero parece claro que actúan con la colaboración de alguien de aquí", apunta. "En el caso del funeral (citado anteriormente), los ladrones sabían que los propietarios de las casas estarían ausentes una hora y media y lo aprovecharon", añade el edil.

Todo ello contribuye a crear psicosis entre los vecinos. "La gente está más pendiente que nunca de localizar a posibles sospechosos y está más al tanto con los coches que no son del pueblo", apunta Jaume. "Es que esto no había pasado nunca en Lloret, se trata de una auténtica plaga de robos", concluye.