Las localidades de Santa Margalida (Mallorca) y la Vall d´Ebo (Alicante) se han hermanado este fin de semana en un ambiente de armonía, confraternización, agradecimiento y amabilidad hacia los invitados desplazados desde Mallorca, que han participado en diversos actos lúdicos y culturales organizados por el pueblo alicantino para celebrar el ´agermanament´. Y es que esta pequeña localidad fue repoblada por mallorquines, principalmente ´margalidans´, en el siglo XVII.

En el puerto de Denia, el pasado viernes, la expedición mallorquines fue recibida por una representación del ayuntamiento de la Vall d´Ebo y también del pueblo de Tàrbena, ya hermanado con la Vila mallorquina. En el autocar que desplazó a los ´margalidans´ hasta la Vall d´Ebo, el esposo de la concejala de Cultura de esta localidad, Sylvia Gomis, ejerció de cicerone e informó que el pueblo tiene 270 habitantes censados y que la mayoría son jubilados que viven de los olivos, almendros y otros árboles frutales, y que durante el fin de semana los más jóvenes regresan al pueblo.

A la llegada a la localidad, la expedición fue recibida por el alcalde Rafel Llodrà en el Club de la Tercera Edad, donde se había preparado una suculenta merienda. Antes, la coral del club interpretó la canción popular Sor Tomasseta, una de las piezas más escuchadas y tocadas durante el fin de semana tanto por la banda de música local como por la ´colla de xeremiers´ de Santa Margalida.

El sábado se llevaron a cabo los actos más culturales, dando a conocer a los visitantes lo que representó, hace ahora 400 años, el repoblamiento de este hermoso valle por parte de mallorquines.

El día se inició con una visita al museo etnológico, con las explicaciones de Emilio Aragó Mengual, licenciado en Medicina y Cirugía y en Geografía e Historia.

Acto seguido, la expedición efectuó un recorrido a pie por un camino hasta uno de los monumentos naturales del pueblo: la cueva natural conocida como la Cova del Rull.

De regreso a la Vall d´Ebo tuvo lugar la comida de hermandad en la calle de Sant Miquel, patrón del pueblo, con la asistencia de toda la comunidad. La comida fue un reflejo del ambiente de hermandad y amistad del que disfrutaron mallorquines y alicantinos durante todo el fin de semana. Hubo una exhibición de ´ball de bot´ y una demostración por parte de los vecinos del pueblo de cómo desfilan las comparsas de moros y cristianos, a la que se unió algún que otro isleño.

Jornada cultural

La visita cultural continuó por la tarde, ya que por las fiestas del patrón se celebra en la Vall d´Ebo un concierto de música medieval en el interior de la cueva. El concierto corrió a cargo de Notes Soltes, los cuales entre otros temas cantaron dos romances mallorquines: ´El Testament de l´Amàlia´ y ´L´enamorada del Traginer´

Por la noche y mientras se esperaba la hora de la cena, la expedición mallorquina se reunió en la plaza del pueblo, causando la expectación de los visitantes que los fines de semana se acercan a la localidad, y sin encomendarse a nadie, los ´xeremiers´ empezaron a tocar piezas de ´ball de bot´ que amenizaron la espera.

El domingo fue el día reservado para los actos institucionales. Se llevó a cabo un pasacalles por el pueblo, acompañado por la banda de música, hasta llegar a la plaza, que a partir de ahora llevará el nombre de Santa Margalida.

En estos actos acompañaron a los alcaldes de la Vall d´Ebo, Rafel Llodrá, y de Santa Margalida, Miquel Cifre, los ediles de Tàrbena y Vall de Gallinera, José Francisco Signes y Francesc Miquel Cortell, respectivamente.

Por parte de la asociación de ´Margalidans agermanats´, Joan Femenia, efectuó la entrega de una jarra con un dibujo de la Beata y el nombre del pueblo y en su interior un pergamino, junto con una Auca de la historia de Santa Margalida. Esta jarra se entregó tanto al consistorio de La Vall d´Ebo como a las distintas asociaciones culturales de la localidad.

En los discuros instituciones destacaron la referencias a la cultura que une a ambos pueblos, como la lengua catalana, la ´senyera´ del Rei Jaume I y una historia en común en el seno de la Corona de Aragón.

Otra de las anécdotas del viaje fue protagonizada por uno de los componentes del club de la Tercera Edad, quien ejerció de profesor en Mallorca, concretamente en Puigpunyent e Inca, y también actuó con el grupo de ball de bot ´Cofre Antic´ de Inca.

La fiesta finalizó con una nueva comida, y la despedida de los mallorquines, que aún no sabían el mal trago que iban a pasar en el trayecto marítimo entre Denia y Eivissa debido al temporal.