­Los hidroaviones atrajeron ayer a la base militar del Port de Pollença a unos 5.000 curiosos que no quisieron perderse la oportunidad de ver, toquetear y fotografiar estas aeronaves. La convocatoria la organizó la Fundación Aeronáutica Mallorquina, en colaboración con el Ejército del Aire, que permitió abrir sus puertas al público con motivo de este primer encuentro internacional de hidroaviones en Mallorca. "Estamos muy agradecidos al Ejército del Aire, porque sin ellos no habría sido un éxito", dijo el presidente de la entidad, Miquel Buades. Buades señaló que para el año que viene repetirán el evento y esperan la visita de más aparatos.

Durante este fin de semana, se reunieron ocho hidroaviones en aguas de la bahía pollencina. Ayer cuatro de los ejemplares estuvieron visibles para todo el público. El que más miradas atrajo fue el grandullón, el Canadair. Este hidroavión pertenece a las Fuerzas Armadas Españolas y se utiliza para la extinción de incendios. El mecanismo de carga de agua fue lo que más curiosidad suscitó, según explicaron los propios militares. "Puede almacenar 6.000 litros de agua en 12 segundos", explicaban a los visitantes.

Otro ejemplar fue el Cessna N206MX, un modelo de seis plazas. Su propietario, Martin Picard, resaltó que los hidroaviones son más resistentes que los aviones convencionales: "Pueden aguantar más de 60 años si se cuidan bien". La agrupación con más renombre en el mundo de los hidroaviones, la italiana Lago Como, estuvo presente con dos aparatos. Su presidente, Cesare Baj, apuntó que Pollença es el "lugar idóneo para amerizar, porque la bahía protege del oleaje".