Los casos de Palma y Pollença son paradigmáticos de la evolución de la plaga. En la capital no había ninguna palmera afectada en 2007, pero el pasado año ya se contabilizaban casi 600 árboles enfermos. En Pollença se ha producido una situación similar. En Alcúdia no había ningún caso en 2009, y ahora ya son casi 170. Los municipios del Migjorn fueron los primeros en padecer la plaga del picudo rojo.