Los trenes de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) son objeto de la acción de los grafiteros o de destrozos como consecuencia de otros tipos de actos vandálicos con una frecuencia aproximada de doce días, según admitió ayer la empresa que gestiona el transporte ferroviario público en la isla. Durante el pasado año 2011, los aficionados a los aerosoles dejaron sus huellas en treinta ocasiones tanto en las unidades destinadas al corredor Palma-Manacor-sa Pobla como en los convoyes del metro de Palma.

En los cinco meses que llevamos del año 2012, la empresa pública ha contabilizado hasta 18 actuaciones de estas características. La última incidencia de gravedad se registró el pasado lunes por la noche en la estación de Inca, cuando unos encapuchados apedrearon al guardia de seguridad de la terminal ferroviaria y posteriormente llenaron de grafitis uno de los convoyes que estaba preparado para cubrir el primer servicio matinal del martes, al que inutilizaron pintando totalmente el cristal de la cabina del conductor.

Si los números de la empresa pública están en rojo, según las declaraciones efectuadas en diversas ocasiones por el gerente José Ramón Orta, la acción de los grafiteros contribuye a hundir un poco más las cuentas del organismo ferroviario. En este sentido, fuentes de SFM aseguraron ayer que el coste estimado de reparación y limpieza de las unidades de tren y de metro en todo el año 2011 ascendió hasta los 60.000 euros, aproximadamente. La limpieza de los grafitis perpetrados en las unidades ferroviarias puede llegar a costar entre 800 y 1.200 euros por cada tren.

Otros destrozos y detenciones

La mayoría de las acciones vandálicas que afectan a los trenes son en forma de coloristas pintadas en el exterior de los vagones. En ocasiones, sin embargo, la realización de los grafitis "viene acompañada por otros actos vandálicos con el fin de acceder a las instalaciones, forzando los cierres y las salidas de emergencia". En consecuencia, los trabajos de reparación y de sustitución de los elementos estropeados "también incrementa el coste final".

Aunque en la mayoría de ocasiones los autores de las pintadas se marchan sin apenas consecuencias, cabe destacar que entre el año 2011 y los cinco meses transcurridos de 2012, el personal de vigilancia de la empresa pública ha realizado cinco detenciones después de sorprender ´in fraganti´ a los autores de los grafitis. Todos los casos culminaron con una denuncia ante las autoridades pertinentes.

A pesar de la elevada frecuencia con la que ocurren estos actos, SFM no tiene intención, por ahora, de incrementar el personal de seguridad. Simplemente habla de "revisar las pautas de las rondas de vigilancia para mejorar la eficiencia" y de mejoras efectuadas en el cerramiento de Son Rullán.