Esteban Cuéllar. Especialista en risoterapia que imparte un taller en el centro cultural de Son Ferrer (Calvià). Cuéllar (Eivissa, 1975), con estudios de Trabajo Social y Psicología, ha escrito tres libros: ´Ríe y saldrás ganando´, ´Desarrolla tu mente para mejorar tu vida y disfruta del proceso´ y ´Qué quieres y cómo conseguirlo´.

–Sube el paro. Nos asustan con la reforma laboral. El estrés nos atenaza. Conflictos internacionales para dar y tomar... ¿Hay que reír para no llorar?

–Sí, sí, sin duda. Hay que reír para no llorar por un motivo: el responsable de arreglar el planeta es cada individuo en particular. Hay que ser optimista, creativo y emprendedor.

–¿Qué beneficios tiene la risoterapia?

–Tiene beneficios físicos, como los tiene un entrenamiento deportivo. Segregas dopaminas y endorfinas. ¡Creas salud en tu cuerpo! También tiene efectos mentales. En la primera carcajada, que es siempre espontánea, se produce un cambio total. De la sensación de negatividad pasas a la positividad. Tú puedes ir a correr o montar en bici y pensar cosas negativas, pero nunca puedes reírte y estar pensando: "Qué mal rollo". Es algo mágico.

–¿Alguna ventaja más?

–La gente, si te ve contento, se te acercará y será más receptiva. Si te ríes, te iluminas y te pones más guapo o guapa. La gente quiere estar cerca de ti y eso le beneficia a uno, porque todo el mundo quiere ser amado, admirado...

–¿Ejercitar la sonrisa ayuda a prevenir algún trastorno?

–Es una medicina natural contra la depresión. Usándola, te aseguras una mayor estabilidad y a largo plazo tienes menos posibilidades de recaída que si utilizases fármacos. Y eso requiere un entrenamiento mental, físico y psicológico. No es lo mismo la ´risa-cubata´, que dura un par de horas en el bar, que la risa ´seria´.

–¿Risa ´seria´?

–Sí, viene de ´se-rió´. Escríbalo, ¡es un chiste!

–Siga, siga...

–La risa también implica un trabajo, una disciplina de practicarla al menos tres veces por semana durante toda la vida. Como un ejercicio físico. Así vas construyendo una personalidad magnética, incluso puedes reprogramar tu genética. Si te ríes, tu bioquímica interior permite que se active el gen optimista.

–Entonces, ¿el sentido del humor se puede aprender?

–Sí, pero necesitas un proceso de entrenamiento. De tipo lingüístico, usando el lenguaje no verbal... Es como ir al colegio.

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