Muchos vecinos del pequeño pueblo de Consell se mostraban ayer escandalizados e indignados por el atrevimiento del algún grupo de jóvenes aún sin identificar que, para divertirse, se dedicó a profanar el camposanto. Andreu Isern, alcalde de Consell, manifestó que se encontraba "muy enfadado".

"Estoy meditando la posibilidad de hacer una propuesta al pleno para que se suprima la verbena juvenil del calendario festivo del año próximo", aseguró. El alcalde dijo que no se enteró del lamentable acto de vandalismo hasta ayer. Al parecer una persona acudió a visitar la sepultura de un familiar y se encontró con un panorama de destrozos. En total se habían roto quince lápidas y dañado un número aún no cuantificado de ornamentos de algunas tumbas.

El alcalde declaró ayer que "lo de menos es el daño económico. Lo realmente grave de este asunto tampoco es que se trate de una perjuicio para el consistorio. Lo que resulta indignante es que algunos jóvenes necesiten hacer daño moral a otras personas para divertirse. Me pongo en el lugar de quien hoy (por ayer) haya visto como le han roto la tumba donde tiene enterrados a sus padres, o a su esposo o esposa sólo por diversión. Es vergonzoso".

Sospechas

Isern considera que posiblemente los hechos ocurrieran el viernes por la noche. Fue el día en que tuvo lugar la verbena juvenil de las fiestas de Sant Bartomeu, patrón del pueblo. "El domingo tuvimos la cena vecinal en la calle y he de decir que fue una celebración maravillosa; la gente se divirtió he hizo fiesta sin molestar a nadie". Sin embargo, el munícipe considera que la verbena del viernes "fue todo lo contrario. Se congregaron más de 4.000 jóvenes; hicieron ruido y ensuciaron. He de reconocer que aunque pusimos a once agentes en la calle nos desbordaron".