El anuncio hecho por el Govern balear de parar las obras del tren de Llevant ha causado mucho malestar entre los alcaldes de Artà, Capdepera, Sant Llorenç y Son Servera. Los máximos representantes municipales afectados por la interrupción de la línea recordaron que con la parada de las obras "se para también el desarrollo económico y social que suponía la llegada del ferrocarril para los cuatro municipios".

El alcalde serverí, Pep Barrientos, recordó de la importancia del proyecto para una zona que dispone, junto a Sant Llorenç, de la tercera planta hotelera de Mallorca. Además se preguntó qué

pasará finalmente si no se acaban las obras empezadas. Hay que recordar que éstas mantienen la carretera que une Cala Millor con el núcleo poblacional de Son Servera cortadas.

Tampoco se sabe qué pasará con los accesos a la estación, donde desemboca mucha del agua de lluvia recogida proveniente de las calles céntricas del pueblo.

El primer edil artanenc Jaume Alzamora (UIA), reivindicó una reunión con el president Bauzá para que les informe de la "situación real" de los hechos. También recordó que el proyecto significaba un desarrollo en la cohesión económica y social de los municipios afectados y que no es "inteligente" ahora pararlo.

Marchas reivindicativas

Desde principios de la década de los noventa, muchos de los vecinos de la comarca del Llevant venían manifestándose a favor del retorno del tren hasta Artà, reivindicando unas máquinas que dejaron de funcionar a principios de los años setenta, con sus Marxes pel tren de Llevant, basadas en la necesidad de reiterar el interés popular que había por recuperar el trazado.

Así lo rememoraba ayer el primer edil llorencí, Mateu Puigròs, (GISCa) que considera que la posibilidad del paro de las obras "debería ser la ultima opción. No vale desde un punto de vista democrático, que por un cambio de color político se ponga en duda unas obras adjudicadas legítimamente".

Si finalmente se detienen como se ha anunciado, Capdepera también quedaría a las puertas de la llegada del tren, previstas en una segunda fase, quedando en inferioridad por lo que respecta a las comunicaciones públicas que les unen con la capital o el aeropuerto, subrayó su alcalde, Rafel Fernández (PSOE), en referencia también a la importancia del sector turístico de su municipio.

Los cuatro alcaldes afectados se mostraron también preocupados por el estado actual de las obras, en el sentido de que puede conllevar al deterioro, no sólo de los entornos urbanos situados al lado de las estaciones al convertirse en inaccesibles, sino también de todas las vías de servicio y acceso

provisionales a fincas privadas en todo el trayecto de la vía.

Finalmente los alcaldes solicitaron al ejecutivo balear que se replantee la decisión y que se reúna con ellos para informarles de primera mano de lo acontecido, para que no tengan que "enterarse de los hechos por los medios de comunicación de lo ocurrido".