Un viajecito en tren por la Part Forana de la isla depara sorpresas, agradables o no en función del cristal con el que se mire. Una de las cosas que llaman la atención es la presencia de hasta tres vagones de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) que, abandonados, duermen el sueño de los justos en un solar situado a poca distancia de la estación de enlace, entre las terminales de Inca y Sineu.

Allí, entre campos de almendros delimitados por ´marges de paret seca´ se almacena la chatarra ferroviaria. Tal vez sólo esté de paso, a la espera de su traslado a un lugar más adecuado y discreto. La cuestión es que los vagones han llamado la atención de los artistas del graffiti, que han estampado sus dibujos en la carrocería de unas viejas máquinas que ya no desentonarían en el metro de Nueva York. El arte de los aerosoles ha dejado una estampa algo contradictoria. Arte urbano en plena ´foravila´ de la isla.

O frío o calor en los vagones

Seguimos viajando en tren, un mundo de contrastes. Lo cierto es que es difícil topar con un ferrocarril en el que la temperatura interior sea la adecuada. O el aire acondicionado expulsa aire polar, haciendo pasar un mal rato a unos usuarios vestidos con ropa de verano, o es inexistente, obligando a hacer uso de abanicos o algo que se le parezca para poder respirar. No hay término medio. "Así conoces mundo. Un día estás en el Polo Norte y otro en el Ecuador", se justificaba un revisor graciosillo.

Búger es el pueblo que más sangre dona de Balears

El pequeño pueblo de Búger, en el Raiguer de Mallorca, es el que más sangre dona de la comunidad, según aseguró ayer la Fundació Banc de Sang i Teixits. Con 1.040 habitantes censados, la localidad posee una tasa de 158 donaciones por cada mil habitantes. Para hacerse una idea de la importancia de este dato, hay que decir que la media balear es de 40 donaciones. Los ´bugerrons´ tendrán la oportunidad de mantener el liderato hoy entre las 18 y las 21,30 horas, con motivo de una nueva campaña de donación en el local parroquial.