Más de 2.000 personas siguieron ayer, desde primeras horas de la mañana hasta entrado el mediodía, el peregrinar por la Part Forana de la denominada Cruz de la Juventud, símbolo de la llamada del papa Benedicto XVI para el encuentro juvenil internacional, que tendrá lugar en agosto en Madrid.

Organizado por la Pastoral de Juventud de Mallorca, unos 300 fieles organizados por parroquias desafiaron la intensa lluvia que caía sobre las 8,30 horas en Randa y subieron a pie hasta el santuario algaidí de Cura, donde a las once tendría lugar el acto central.

Allí y tras la bendición por parte del obispo Jesús Murgui de los puntos cardinales en el interior del aula de gramática debido al mal tiempo, unas 600 personas se concentraron en la explanada de la capilla para contemplar el esplendor de la espectacular Creu de Creus, una escultura metálica de unos seis metros de altura, diseñada por el artista Jaume Falconer y obrada por el herrero Antoni Sastre.

El monumento en forma de árbol se alza a partir de un cuerpo central en forma de cruz cristiana, de cuyos extremos se multiplican otras de menor tamaño hasta formar un entramado de ramas. El tronco está formado por 53 tubos metálicos que bajan hasta enraizarse en el suelo y formar un círculo. Cada raíz apunta a un municipio de la isla, siguiendo su dirección en el mapa desde Cura como referencia y con su nombre grabado en la base.

A mediodía, la parroquia de Llucmajor se quedó pequeña para la celebración de la eucaristía familiar junto a la cruz, que el martes viajará hasta Eivissa.