El centro cultural Cap Vermell de Cala Rajada alberga estos días una exposición fotográfica de las nevadas más importantes caídas en Mallorca en el siglo pasado. El conocido popularmente como l´any de sa neu, en 1956, dejó también al municipio incomunicado por las intensas nevadas.

La inauguración de anteanoche se abrió con una conferencia coloquio donde los más mayores recodaron vivencias y anécdotas de aquellos días. Uno de los conferenciantes y organizador del acto, Sebastián Ferrer ´maleter´ recordaba cómo los bares durante aquel mes de febrero estaban siempre llenos: "Al no poder ir a trabajar, se consumía mucho coñac, hasta el punto de que se agotaron las botellas y garrafas en reserva". Como la demás gente ante la falta de carne y al no funcionar los mataderos, recurría a los gallos que muchas casas tenían y que mataba para el sustento.

"Las gallinas se salvaban, porque ponían huevos", comentaba Ferrer, "pero Capdepera se quedó sin gallos". "Recorrer el pueblo o desplazarse hasta la casa del vecino era prácticamente imposible por la cantidad de nieve" según narraba otro conferenciante, Antonio Flaquer ´coix´: "El grosor en Cala Rajada a nivel del mar era de un metro, mientras que en Capdepera era de 80 centímetros. La gente aprovechaba pequeños pasadizos hechos con las palas para caminar por la calle". La gabellina, Margalida Morey aún recuerda ver como mucha gente caía un domingo mientras de dirigía a misa. El coloquio culminó con las explicaciones científicas de la meteoróloga de TV Mallorca, María Magdalena Mas.