Las campanas de la Catedral sonarán mañana sábado a las doce del mediodía para reclamar que el toque manual de campanas sea declarado por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Las campanas de la Seu se unirán así con su tañido sonando en todo el centro histórico de la ciudad a más de mil campanas y torres de toda Europa en un singular concierto que servirá también para conmemorar el Año Europeo del Patrimonio Cultural 2018.

El primer templo de todos los mallorquines tiene nueve campanas, todas ellas con su nombre: n'Eloi, na Bàrbara, n´Antònia, sa Nova, na Mitja, na Tèrcia, na Matines, na Prima i na Picarol.

N'Aloy es la campana más grande -4.670 kilos-, y únicamente repica el día del Corpus. "Su toque era tan potente que llegaron a derrumbarse en el siglo XVIII algunas bóvedas laterales", explico a este diario Cati Mas Andreu, conservadora de patrimonio de la Seu cuando hace dos años se abrieron las terrazas a las visitas. Por aquel entonces, explicó, la Catedral padecía importantes problemas estructurales, "su tendencia a inclinarse hacia el oeste parecía difícil de contener", añade. Tras el terremoto de 1851, se agrietó la fachada principal, "que no es la que puede verse actualmente desde la Almudaina", apostilló. Fue en ese momento de urgencia cuando el cabildo encargó a Peyronet el proyecto de una nueva con el fin de reforzar toda la estructura.

El patrimonio cultural inmaterial no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas, como tradiciones orales, artes del espectáculo, rituales o actos festivos. El Cant de La Sibi·la, por ejemplo, fue declarado Parimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en noviembre del año 2010.