La Empresa Funeraria Municipal (EFM) incrementó considerablemente su actividad a lo largo del año pasado debido al aumento del número de fallecimientos en relación al ejercicio precedente. Así se pone de manifiesto en la memoria de las cuentas anuales de esta empresa pública aprobada por su consejo de administración.

Este incremento de actividad se ha materializado también en un aumento de los beneficios obtenidos por la empresa, que casi duplicaron a los generados en 2016.

En concreto, el año pasado la actividad de la compañía pública generó un beneficio de 1.134.185 euros, frente a los 696.809 euros de 2016. Esta situación, según el gerente de la compañía, Jordi Vilà, "sitúa a la empresa en la senda de la viabilidad", lo que permitirá afrontar en un futuro nuevas inversiones.

Vilà explicó además que, al principio del mandato, la situación de la compañía pública "era complicada", puesto que la deuda, que ahora es de 7,2 millones, superaba los ingresos corrientes.

Esta situación se ha revertido ya que, según los datos de la liquidación del pasado ejercicio, el importe de la cifra de negocio fue de 9,5 millones frente a los 8,5 de 2016, lo que supuso un incremento del 11,83%.

Por lo que respecta a la actividad desarrollada, el número de servicios funerarios prestados el año pasado fue de 4.272, frente a los 3.968 realizados en 2016, lo que supone un incremento del 8%.

A su vez, los servicios a los que la sociedad municipal ha aportado el féretro, también se incrementaron en un 8,35%. Asimismo, se produjo un incremento de las incineraciones en un 10% en relación a 2016, al tiempo que el número de inhumaciones, exhumaciones y limpiezas de unidades de enterramiento aumenta de ron en un 13% en relación a 2016.

Este aumento de la actividad se ha traducido asimismo en un incremento de los ingresos por prestación de servicios en un porcentaje del 8,68%, hecho que contrasta con la disminución del 6% de la facturación del 2016 en relación a 2015.

Las ventas de derechos sobre las unidades de enterramiento se han incrementado también considerablemente. En este caso el incremento fue del 172% respecto a las realizadas en 2016, aunque se ha producido un descenso del 34% en relación a las formalizadas en 2015.

Esta "moderación" por lo que respecta a las ventas se debe, según el gerente, a la compra de unidades de enterramiento de un menor importe.

Por lo que respecta a los gastos, la sociedad ha continuado aplicando los criterios de contención. De esta forma, se ha conseguido incrementar ligeramente los márgenes brutos de venta en relación a 2016. De cara al futuro se considera que se debe seguir con la política de contención de gastos.

El período medio de pago a los proveedores a lo largo del año pasado fue de 63,99 días, por lo que se incrementó ligeramente en relación a 2016, que fue de 58,37 días.

Estos períodos se han calculado sin incluir el pago de la deuda histórica con Emaya, entidad que pertenece también al Ayuntamiento de Palma. Por ello, una de las metas a alcanzar en el presente ejercicio es la de conseguir un período de pagos "más ajustado".