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Palma a palma

Riera alta

Riera alta

Cuando evoco el mundo de Sa Riera pienso sobre todo en dos figuras magistrales. Dos escritores. El primero es Cristóbal Serra, a quien la posteridad debería honrar con el título honorífico de Paseador de Sa Riera. He encontrado pocas personas tan preocupadas por la integridad paisajística del torrente ciudadano. Solía recorrerlo por la "rive gauche" y la "rive droite", armado con una boina de lana los días de viento. Para que no se le alborotasen las guedejas, ya suficientemente movidas por sus pensamientos. Y lo contemplaba todo frunciendo los ojos, con gesto esfingítico.

Fue él quien criticó ásperamente la última reforma. Defendía a todo trance la antigua balaustrada, que era sólida y no dejaba ver el curso hasta que no te asomabas. "Es así el efecto del misterio", decía. "Con estas rejas han roto por completo el misterio".

La verdad es que no puedo pasear por Sa Riera sin acordarme de Tòfol. Y lamentar cuán incomprendidas han sido sus apreciaciones de la ciudad. Antiguas y sabias. Como lo fue él.

Otro escritor a quien debo muchos conocimientos de Sa Riera es Miquel Ferrà i Martorell. Es de esas personas que saben las pequeñas cosas que todos ignoramos. Y es capaz de llenar de contenido las cuestiones más nimias. A él debo el conocimiento de lo que era Sa Riera Baixa y Sa Riera Alta. La baja es la civilizada. Algunos todavía la vimos sin jardincillos, ni lechos hormigoneados, ni rejas ni farolas. Cruda, con sus cuevas secretas y sus desmontes. Hoy es otra cosa.

Pero Sa Riera Alta sigue igual. Basta con pasar las Avingudes para encontrarla. Con el puente del Tirador, las antiguas balaustradas que tanto apreciaba Serra. Los restos de murallas y bastiones enmascarados por la vegetación. Y la sensación un poco romántica de desaliño y abandono.

Sa Riera Alta es un paisaje fósil de Palma. Con su tramo superior cubierto por eucaliptus. Sus rincones y sus soledades. Ella nos habla de otra Palma. La de los curtidores, los indigentes que vivían en las cuevas, los charcos y los "gorgs".

Es un fragmento de historia. Nos recuerda su antiguo curso. Las inundaciones catastróficas. Lo que queda de aquello que los musulmanes llamaron Exequin.

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