La mayoría de locales están vacíos. Desde hace más de una década, las mesas y sillas del bar del centro Flassaders dominan la plaza y este topónimo es más conocido que el de Raimundo Clar. Sin embargo, el año pasado abrió la peluquería Botons, que también es cafetería, y este lo han hecho el bar Sa Travessa y la hamburguesería Raimundo. Los tres negocios han solicitado terrazas, aunque por ahora han recibido un "no" de Cort.

Tildan de "agravio" no tener el mismo trato y "pagar justos por pecadores", dicen respecto a la saturación de otras plazas. En Botons solo pretenden poner "dos mesas de 9,30 a 19,30, el horario del establecimiento". El bar lindante también quiere "tres o cuatro", mientras que la hamburguesería pide "cuatro o cinco mesas".

A la espera de la ordenación proporcional avanzada por la concejala, consideran que Cort "no está apoyando lo suficiente los pequeños negocios de gente que se autofinancia y carece de la capacidad económica de las grandes empresas". Destacan que están "orientados al público local" y varios viven en el barrio, por lo que son un ejemplo de "antigentrificación".

Están de acuerdo con Jhardi y la asociación de Canamunt en que no puede haber saturación, por lo que creen que Raimundo Clar "debe ser el modelo de una buena planificación. Tienen la oportunidad de hacerlo bien desde cero. Somos los primeros interesados en evitar problemas con el vecindario", afirman.