Dos de los muros exteriores de la antigua cárcel de Palma, situada en la barriada de Cas Capiscol, se han transformado por completo en un mes tras la liberación de este espacio para los grafiterospor parte del Ayuntamiento. La asociación de vecinos Tramuntana-Cas Capiscol-Son Busqueret se ha encargado de coordinar la iniciativa, que tiene la finalidad de ofrecer a los artistas urbanos un lugar en el que poder pintar sin tener que esconderse por temor a la imposición de sanciones, debido a que dicha actividad está prohibida.

No son los únicos muros que las concejalías de Modelo de Ciudad y Participación Ciudadana de Cort quieren "liberalizar", ya que en el futuro está previsto hacerlo en otros barrios de Palma. Por el momento, se ha cumplido con uno de los objetivos marcados, "minimizar el impacto negativo que provoca la vieja prisión" a los ciudadanos de la citada barriada y de toda la ciudad, tal como destacó el concejal Antoni Noguera cuando presentó la idea. En octubre los grafiteros la pusieron en práctica y ahora la cárcel está mucho más colorida.