La Empresa Municipal d'Aigües i Clavegueram (Emaya) ya ha retirado más de la mitad de los buzones de recogida neumática de basuras, un sistema que está fuera de servicio desde el año 2012. Se prevé que estos trabajos estén concluidos en la primera semana de marzo.

Ayer se procedió a la retirada de los buzones existentes en la plaza de Santa Eulàlia y en los próximos días se continuará por los buzones de recogida existentes en otros puntos neurálgicos de la ciudad, como la plaza de Sant Francesc o Palau Reial.

Aún se desconoce cuál será el sistema que sustituirá al de la recogida neumática, aunque, según la teniente de alcalde de Ecología y presidenta de Emaya, Neus Truyol, ya se ha descartado la instalación de buzones soterrados y el tradicional mediante la colocación de contenedores en superficie.

En estos momentos, se está estudiando la viabilidad de otros dos sistemas entre los cuatro propuestos a vecinos y comerciantes: el de puerta a puerta y el de recogida selectiva móvil. El primero tiene difícil implantación en el centro de la ciudad por cuanto muchos edificios carecen de espacio para guardar los recipientes que se deberían sacar diariamente por las noches. En el caso de la recogida selectiva móvil, se realizará mediante vehículos eléctricos que distribuirían en los lugares acordados a partir de las ocho de la tarde contenedores con las distintas fracciones de residuos, que serían recogidos a lo largo de la noche, por lo que durante el día no habría contenedores en las calles. Según Truyol, se espera reanudar las conversaciones con comerciantes y vecinos el próximo mes de febrero con el fin de adoptar una decisión definitiva para implantarse el próximo otoño.

Lo que sí ya está decidido es el mantenimiento de la recogida puerta a puerta en los establecimientos comerciales.

La retirada de los buzones de la recogida neumática del centro de la ciudad se inició el pasado mes de septiembre. Desde entonces se han desmantelado 187, lo que supone el 54% de las 344 existentes de los instalados cuando se implantó el sistema entre 2000 y 2004. Tanto el alcalde, José Hila, como la teniente de alcalde y presidenta de Emaya, Neus Truyol, incidieron en el fracaso que ha supuesto la implantación la recogida neumática, un sistema cuyo funcionamiento estaba garantizado para 30 años y se colapsó a los diez, en 2012, a causa de las constantes averías que se producían.

De hecho, las reparaciones eran cada vez más caras, pasando de los 133.000 euros de 2005 a los 500.000 que se gastaron en 2011. Además, el coste final de la instalación del sistema se disparó hasta los 27 millones, cuando inicialmente estaba previsto que fuera de 18.

A medida que los buzones de recogida se retiran, se van depositando en un almacén especialmente acondicionado, a la espera de que la sentencia que da la razón a Emaya y obliga a indemnizar a la empresa municipal con 27 millones a las instaladoras sea firme. Por esta misma razón tampoco se ha procedido al desmantelamiento de las válvulas del sistema de recogida, porque así lo recomendaron los abogados de al empresa municipal.