Una usuaria habitual del bar situado junto a la venta de tiques del castillo de Bellver critica su inesperado cierre en plena temporada turística y la sustitución de su oferta por refrescos de una máquina expendedora. Desde el Ayuntamiento informan de que finalizó la anterior concesión pública y están a la espera de resolver el nuevo concurso para la explotación del negocio.