Los ciudadanos de Palma no tendrán que pagar más impuestos municipales en los próximos 8 años siempre que se mantenga a lo largo de los dos mandatos siguientes la política de contención del gasto seguida desde 2011 por el alcalde Mateo Isern.

Así lo afirmó ayer el teniente de alcalde de Hacienda, Julio Martínez, a la hora de explicar el plan de reducción de la deuda municipal aprobado por la junta de gobierno, al igual que la refinanciación de parte de la deuda, que supondrá un ahorro en intereses para las arcas municipales de 13 millones en los próximos ocho años.

A la anterior cantidad hay que añadir los 3,2 millones adicionales que el Ayuntamiento dispondrá en 2015 debido al aplazamiento de un año de la amortización de la deuda de 100 millones suscrita en 2012 par hacer frente al pago de proveedores.

Martínez hizo hincapié en el hecho de que, a lo largo del presente mandato, todos los impuestos municipales y tasas se han congelado excepto el Impuesto de Bienes Inmuebles, aunque insistió que en el caso de este gravamen la subida atribuible a decisiones municipales no alcanzarán los incrementos del IPC, hecho que, en la práctica, es como si también se hubiera congelado.

Esta afirmación contrasta con el hecho de que el recibo medio de este impuesto habrá subido un 14 por ciento desde 2011 teniendo en cuenta que, para el próximo año, el incremento del valor catastral se ha compensado con la bajada del tipo municipal que se aplica a la base imponible.

La operación de refinanciación se ha podido realizar pese a que el denominado coeficiente de endeudamiento es del 80,68 por ciento y supera el 75 por fijado por el Gobierno central. No obstante, el Ayuntamiento se ha visto obligado a realizar un plan de reducción de la deuda según el cual, a finales del actual mandato la deuda total en relación a los ingresos corrientes bajará al 72,36 por ciento.

El plan reconoce una deuda total en 2014 (incluyendo la de la EMT, la de los consorcios y los 40 millones del Palacio de Congresos que es del Govern pero se atribuye a Cort) de 327,8 millones, sobre unos ingresos corrientes de 398,5 millones, lo que supone un indice de endeudamiento del 82,26 por ciento, muy por encima del 75 por ciento estipulado por el Gobierno central para poder realizar más operaciones de endeudamiento.

No obstante, según el teniente de alcalde, en realidad, si se restan los 40 millones de la deuda del Palacio de Congresos, el índice de endeudamiento baja al 70,78 por ciento. El plan de reducción prevé que en 2015 la deuda municipal se haya rebajado a 294,1 millones, sobre unos ingresos corrientes de 406,5 millones.

La reducción continúa a lo largo del próximo mandato de tal forma que en 2016 la deuda será de 249,6 millones sobre 414,6 millones de ingresos, en 2017 pasa a 214,6 millones de deuda con unos ingresos de 422,9 millones, y así sucesivamente hasta 2019, cuando se prevé que la deuda haya bajado a 1475 millones y los ingresos hayan subido a 437,5 millones. De esta forma, el porcentaje de endeudamiento sobre los ingresos corrientes sera del 33,72 por ciento.

Según Martínez, el modelo de estabilidad presupuestaria aplicado por el gobierno de Mateo Isern ha sido "un modelo de éxito", que ha dado como resultado "un balance positivo en cuanto a la gestión económica". Los 3,4 millones que se podrán utilizar como consecuencia de retrasar un año la amortización de la deuda se destinarán al pago de licencias informáticas, facturas de centros de día y 2,2 millones a Tirme.