Más del 90% de casos de acoso escolar que fueron denunciados ante la Policía Local de Palma se han resuelto con éxito, según las estadísticas facilitadas por el propio cuerpo municipal. Una de las principales técnicas que utilizan son las llamadas prácticas restaurativas. Es una forma de mediación que permite que el agresor se ponga en la piel del agredido sin llegar a la justicia ordinaria.

Para ello, los agentes reúnen en una sala a los niños involucrados en el incidente, a sus padres y, si hace falta, a sus profesores. La víctima puede expresar ante el agresor qué sintió y cómo le ha perjudicado. "La intención es que el conflicto se resuelva de forma definitiva y no vuelva a afectar a la convivencia, pero para ello es imprescindible que el agresor reconozca su culpa", explica el oficial Jesús Ibáñez.

Durante el curso 2012-2013, el cuerpo municipal resolvió 31 denuncias en institutos mediante las prácticas restaurativas. La mayoría se debieron a hurtos, agresiones, insultos o humillaciones en el entorno escolar.