La celebración de la Jornada Mundial del Enfermo reunió ayer a unos 400 feligreses en la iglesia de Sant Miquel, en una eucaristía presidida por el Obispo y a la que asistieron numerosas personas mayores de las residencias de la zona, además de profesionales y voluntarios del ámbito sanitario. En el día de Nuestra Señora de Lourdes, la jornada tenía como objetivo sensibilizar a la sociedad civil, las instituciones sanitarias y los católicos sobre la "necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos".

El Obispo de Mallorca, Javier Salinas, destacó en su homilía que "la mejor terapia siempre es la del amor. Es verdad que necesitamos otras, pero ésta es inexcusable", según sus palabras. Agradeció su labor a los médicos, enfermeras, investigadores y todos los que trabajan en el ámbito de la salud, aunque indicó que la enfermedad "tiene una dimensión espiritual" y por ello hay que ayudar en este sentido a quien la sufre, para que viva "en paz" con este mal.