La mayoría de los 2.300 metros cuadrados de flores de temporada se plantan en las avenidas y el centro histórico de la ciudad. En la mayoría de barrios del Eixample, las únicas flores que se pueden ver están en las rotondas de sus calles principales. O ni tan siquiera eso, porque muchas glorietas están cubiertas con césped o plantas rastreras. Más allá de la Vía de Cintura, las flores plantadas son muy pocas.

Por ejemplo, no las hay ni en Son Cladera, en Verge de Lluc o en sa Indioteria. No obstante, sí que hay unas pocas en sa Teulera, Son Rapinya, Son Costa, ses Veles (begonias) o Son Gotleu (tagetes).

Esa diferenciación se debe a motivos eminentemente turísticos: hay más flores de temporada en aquellas zonas que pisan más visitantes.