La recogida neumática no convence a nadie y ahora que se ha estropeado la red principal, la basura de los vecinos del casco antiguo ha tenido que volver a los contenedores tradicionales. La empresa municipal Emaya aún no sabe cuándo tendrá reparada la avería, aunque desde el primer momento vieron la gravedad del asunto. Por este motivo, diversas entidades ciudadanas piden a Cort que busque una alternativa y ponen como ejemplo a seguir el sistema de recogida de basura de Oviedo.

La asociación de vecinos Sa Calatrava, Montesión y Santa Clara; la entidad Arca, que vela por el patrimonio histórico; el grupo ecologista GOB y el grupo municipal del PSM-IV-EM creen que la mejor propuesta para el casco antiguo es utilizar cubos de basura diferentes según el tipo de materia (residuos, papel, vidrio y envases), que durante el día son guardados en las fincas de pisos y por la noche se sacan a la calle para que los recojan los camiones de basura.

Al principio, ante la gravedad de la avería, el concejal de Medio Ambiente de Cort, Andreu Garau, también se planteó prescindir definitivamente de la recogida por succión y afirmó que él no hubiese aconsejado instalar este sistema, por su elevado coste de mantenimiento y debido a que no permite una correcta recogida selectiva. Pese a que en el PSOE también critican la instalación subterránea efectuada hace diez años, creen que ahora no es el momento de buscar alternativas, porque ha costado 23 millones de euros y hay que rentabilizar este modelo, con una vida útil de 30 años, en teoría.

De todos modos, opinan que el consistorio debería empezar a implantar de forma paulatina un sistema de recogida selectiva en viviendas similar al que ya se utiliza en los comercios, es decir, puerta a puerta determinados días a la semana, como el que se ha generalizado en la capital de Asturias.

Ejemplo a seguir

La ciudad ovetense, gobernada por el PP desde 1991, ha sido un espejo donde mirarse para otros políticos por la limpieza de sus calles. La exalcaldesa de Palma Catalina Cirer la mencionó como ejemplo a seguir, aunque nunca lo hizo realidad. En cuanto a la recogida de la basura, desde la concejalía de Medio Ambiente del ayuntamiento de Oviedo se inspiraron en urbes europeas como Londres, París y Bruselas. Los cubos diferentes según la clase de residuos se empezaron a implantar en toda la ciudad en 2003, pero anteriormente ya los tenían en el casco antiguo, como detalla el responsable técnico. Dos encuestas efectuadas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 2007 y el año pasado revelan que el grado de satisfacción de los ovetenses con este método es el más alto respecto a 59 urbes españolas consultadas.

"Se trata simplemente de sacar las distintas fracciones (residuos, papel, vidrio y envases) en cubos de entre 80 y 100 litros cúbicos, aportados por las comunidades de vecinos o contratados a unas empresas externas encargadas de sacarlos por la noche y luego volver a meterlos en las fincas de viviendas. En el caso de Oviedo, lo pagan las comunidades, pero cada ciudad se adapta a lo que mejor le convenga", en palabras del técnico.

La contraprestación es que las comunidades de vecinos que, como mínimo, reciclen el 75% de la basura tienen un descuento en la tasa de recogida de casi el 20%, es decir, pagan 79,5 euros al año, mientras que los palmesanos desembolsan 150 euros. Desde la concejalía de Medio Ambiente de Oviedo detallan que tienen dos inspectores que pasan dos veces al mes por cada comunidad –sin especificar qué días serán– para comprobar que en los cubos hay bolsas con el material que les corresponde. De lo contrario, ponen una pegatina en el cubo indicando el fallo y lo registran en un pequeño ordenador con un programa informático específico para este fin. De este modo, los vecinos no se pueden beneficiar del descuento. Ha funcionado, ya que los últimos datos reflejan que recicla el 67% de los vecinos de Oviedo.

El consistorio ovetense, al igual que Cort, aprovechó los Fondos de Cohesión de la Unión Europea para sufragar parte de su nuevo sistema. Estudiaron la recogida neumática, aunque enseguida vieron que "era muy cara y daba muchos problemas". El dinero de la UE "fue aprovechado para adquirir una flota de camiones insonorizados, de gas natural y bicompartimentados, es decir, que permite llevar dos fracciones, por un lado residuos y por el otro lo que toque reciclar ese día de la semana. El mismo camión realiza las dos tareas y así ahorras en personal", tal como explica el responsable técnico. En el casco antiguo utilizan camiones más pequeños con compactadora de residuos, aunque éstos no están compartimentados.

Los cubos deben sacarse a la puerta de la finca a partir de las 20 horas y antes de las 22.30. El contenido de los cubos negros (residuos) es recogido todos los días, mientras que los envases se depositan los lunes, miércoles y viernes; el papel y cartón, los martes, jueves y sábados; y el vidrio solo un día a la semana.

Mayor limpieza

La portavoz de la asociación de vecinos Sa Calatrava, Montesión y Santa Clara, Teresa Sánchez, apuesta por este método, ya que "estaría todo mucho más limpio, porque, con los contenedores y la recogida neumática, la gente es muy incívica y deja las bolsas en el suelo. Además, vienen los gatos y las rompen". Reconoce que "la situación actual es muy compleja y hay que estudiarlo todo bien", aunque recuerda que antes de implantarse la recogida neumática, ya advirtió de que traería muchos problemas y que los buzones eran antiestéticos en lugares emblemáticos de Ciutat.

Bolsas en estacas

Un centenar de municipios de Cataluña y diversas ciudades del País Vasco tienen otro sistema de los llamados puerta a puerta. En vez de depositar las fracciones en cubos de colores, han habilitado unas estacas junto a cada portal donde cuelgan las bolsas según su contenido. Sin embargo, este modelo ha recibido numerosas quejas porque es antiestético, ya que las bolsas de basura están en plena calle. Además, en lugar de incentivar al que recicla, multan al que no recicla.

En varios pueblos de la isla se está aplicando algo similar con éxito y en Son Sardina tuvo una gran acogida durante la pasada legislatura, afirma el presidente de la asociación vecinal, Tomás Balaguer. Sin embargo, el actual equipo de gobierno lo retiró por cuestiones económicas.

Otro ejemplo exitoso es el del pueblo de Esporles. Su alcalde, Miquel Ensenyat, explica que "el sistema puerta a puerta permite que pague menos el que menos basura produzca, debido a que los vecinos deben comprar en los comercios unas bolsas de color rojo para tirar allí los residuos que no se pueden reciclar". Por tanto, quienes más reciclen, menos bolsas deben adquirir. En este pueblo, en lugar de hacer pagar una tasa de incineración de 150 euros, el Ayuntamiento tiene una tasa de 90 euros.