Los 190 propietarios de los apartamentos Pullman de Cala Major volverán a tener agua en las próximas semanas después de permanecer más de dos años sin suministro de la red debido a la deuda que mantienen con Emaya de cerca de 35.000 euros. Hasta ahora los residentes de estas viviendas se abastecían mediante unos camiones cuba lo que suponía un sobrecoste.

El teniente de alcalde de Medio Ambiente y el presidente de Emaya, Andreu Garau, llegó ayer a un acuerdo con la comunidad de propietarios para restablecer el servicio a cambio de que todas las viviendas coloquen contadores individuales y así evitar un uso fraudulento ya que había vecinos que no pagaban la cuota. La instalación supone un coste de unos 400.000 euros, que financiará la Empresa Municipal de Aguas y Alcantarillado (Emaya) y después repercutirá la factura a los dueños de los inmuebles que deberán retornar la cantidad en un período de cinco años. Andreu Garau calcula que pagarán una media de 20 euros en cada recibo bimestral, que se sumará a la cantidad que deban abonar por el gasto particular. Tal como explicó Garau se trata de la solución "más óptima y viable". El nuevo administrador de los bloques II y III, Pau Bonet, asegura que las obras para colocar los nuevos contadores individuales podrían durar entre dos y tres meses una vez hayan encontrado un instalador adecuado. Esta actuación se une a la limpieza que los operarios de Emaya han realizado esta semana en las calles cercanas a estos bloques de viviendas de Cala Major para eliminar la suciedad acumulada.