Hace tres meses inauguró en el centro de Palma una "boutique sensual". Así describe Claudia Marcos su flamante tienda, llamada La maleta roja.

–¿Qué es, exactamente, La maleta roja?

–Una tienda encarada esencialmente a la mujer, donde vendemos cosmética, juguetería y complementos sensuales y eróticos.

–La estética de la tienda es diametralmente opuesta a la de cualquier sex shop al uso y desde fuera puede pasar por una delicada perfumería...

–Eso era exactamente lo que buscábamos y creo que lo hemos logrado porque hay mucha gente que entra atraída, precisamente, por la estética y el buen gusto del local. Su decoración tiene tirón porque es natural y diáfana.

–Tanto, que hasta da la sensación de que se puede entrar con niños...

–Sí, se puede, porque no hay ningún producto que pueda herir su susceptibilidad, debido a que la gama de productos íntimos está en los cajones y en los armarios porque no nos gusta que estén a la vista.

–O sea, que hay que preguntar.

–Exacto. De hecho, uno de los pilares de esta empresa es el asesoramiento, porque nuestro objetivo es que la mujer indague para conocerse más a sí misma y que no delegue toda la responsabilidad sexual en la pareja.

–¿Pero los hombres pueden entrar en la tienda?

–Por supuesto, pero debo decir que el balance de estos tres meses es que el 80 por ciento de los clientes son mujeres. Por eso, hemos decidido hacer semanas temáticas especialmente dedicadas a ellos, dándoles todo el asesoramiento para que también despierten su deseo y su capacidad de disfrutar y hacer disfrutar.