"Antes, la Rambla era un lugar de paso; ahora, es un lugar de paseo", aseguraba Eduardo Suárez del Real, gerente de la Asociación de Restauración de Mallorca, respecto a la inauguración de la primera terraza bar ubicada en la Rambla dels Ducs que, pese a las adversidades meteorológicas, sirvió ayer sus primeros cafés. Su primera clienta fue la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, quien visitó el lugar a las 9,30 horas.

Obviamente, su presencia no era casual, porque ha sido un decreto de Alcaldía el que ha permitido cumplir el deseo de los restauradores de este emblemático paseo de colocar mesas y sillas al lado de los puestos de flores, con la intención de "dinamizar" este céntrico lugar. No en vano, el administrador del restaurante Rambla 10, precursor de esta demanda y el único que ayer instaló las primeras mesas y sillas, decía que a la zona ya se había ganado el apodo de "la Rambla de los muertos".

Estas primeras ocho mesas, no obstante, tendrían que haber estado rodeadas de muchas más, pero la crisis hizo que el resto de restauradores prefirieran esperar a ver cómo le marchaban las cosas a Rambla 10 antes de lanzarse también a la aventura, pese a que hace sólo cuatro meses, la mayoría de ellos afirmaba a DIARIO de MALLORCA que estaban esperando el cambio de normativa para instalar también sus terrazas en este paseo público.

"Si hubiéramos conseguido que este permiso saliera a principios de temporada, hubiera habido más establecimientos presentes en La Rambla. Pero ahora, que ya estamos al final, la mayoría de los restauradores optó por estar pendientes de cómo marchan las cosas en la primera terraza para abrir las suyas en el mes de marzo", afirmó Eduardo Suárez del Real. No obstante, el gerente de la Asociación de Restauración de Mallorca matizó al respecto: "Dentro de los tiempos que maneja la Administración pública, el tema se resolvió muy rápido. Hubo agilidad". Además, calificó al administrador del restaurante Rambla 10, Salvador Fortuny, como un "pionero" cuyos pasos serán seguidos, más tarde o más temprano, por el resto de restauradores de la zona.

Según las nuevas disposiciones municipales, aprobadas por Cort el pasado mes de agosto, las terrazas de la Rambla podrán estar abiertas hasta las nueve de la noche salvo en junio, julio y agosto, que podrán cerrar a las 22 horas. Otro tanto podría ocurrir en breve en la zona del paseo del Born, donde hay por lo menos dos establecimientos interesados en instalar allí sus mesas y sillas. El dueño de uno de ellos, Gabriel Esteva, aseguraba a este rotativo el pasado mes de mayo: "Es algo imprescindible porque Palma es una ciudad muerta a partir de las ocho de la tarde y aquí, en el Born, las noches son muy tristes porque no se mueve nada. Si mañana me dieran el permiso, pasado mañana ya estaría instalando las mesas y sillas".