Ayer podría haber sido el día más feliz en la vida de este perrito, mezcla de ratero y teckel, sin nombre y abandonado. No sólo porque ya le habían quitado la escayola que tenía debido a la reciente rotura de una pata, sino porque una pareja residente en la Bonanova quería adoptarlo. A las 9,00 tenían que acudir al centro canino municipal de Son Reus para recogerlo, después de haberlo visitado varias veces y de haberse apuntado a una lista de espera, ya que había más personas interesadas en el cachorro ocupante de la jaula 19. Ellos fueron quienes finalmente se iban a quedar con el perro.

Sin embargo, antes de partir, Betina Niedermueller y su marido recibieron una llamada telefónica de Son Reus donde les anunciaron la fatídica noticia. "Un error humano, nos dijeron, que a veces pasa", relata la afectada después de haber estado llorando. El Ayuntamiento confirmó que esta señora había reservado un perro que fue sacrificado por error. Explicaron que la jaula 19 tenía tres canes, dos hembras y un macho, y pensaban que el matrimonio quería una hembra, por lo que a primera hora de la mañana cogieron al macho para ponerle la inyección letal. Resulta que éste era el perro que habían reservado el 5 de agosto. Betina también lamenta que, si le hubiesen dejado, se podría haber llevado el perro el lunes, ya que fue a verlo, en vez de acogerle ayer martes. "Pero me dijeron que tenía que esperar las dos semanas que marca la norma y la reserva indicaba que el día de recogida era el 18".

Al principio, Betina no estaba muy convencida de acudir a Son Reus para buscar al sustituto de su anterior perro, Sancho, que se murió después de 15 años de convivencia. "Cuando voy a la perrera salgo llorando, porque sé que sacrifican a los animales, aunque decidí que mi nuevo perro fuese de allí para salvar al menos a uno", tal como cuenta.

El pequeño vagabundo de pelo marrón y negro iba a tener ayer un nuevo hogar. Los futuros amos le habían comprado todo lo necesario y estaban deseosos de que quien "casi tenía un nombre" sustituyese al can fallecido por artrosis hace un mes. Ahora buscarán otro, pero no en Son Reus –asegura Betina–, sino probablemente en el conocido refugio de es Pil·larí llamado Centro Canino Internacional.