El olivo de Cort resiste. Los continuados ataques de cochinilla detectados desde 1999 no han podido con este árbol centenario que da carácter a la plaza de Cort desde finales de la década de los ochenta. El insecto Pollinia pollini afecta a todos los olivos, seca sus hojas y si no se trata puede llegar a matarlos.

Pero el de la plaza de Cort es un ejemplar único. Es un árbol singular catalogado en el inventario de la Comunitat Autónoma desde febrero de 2003. Por ello, los servicios de jardinería municipales extreman sus cuidados. Cuando parecía que lo peor de la plaga había pasado y que había conseguido superar el ataque virulento que sufrió en 2007, en la primavera pasada sufrió otro. Fue más grave que los anteriores y el árbol sufrió una importante defoliación.

El tratamiento, consistente en la fumigación del árbol con aceites de verano mezclados con diferentes insecticidas de forma alternativa para evitar la aparición de futuras plagas y controlar así los diferentes estadios del insecto. Después del primer tratamiento se llevó a cabo una poda con el fin de retirar las ramas más afectadas y secas. El pasado mes de agosto se repitió el tratamiento con el fin de evitar una recaída y controlar aún más el desarrollo del insecto. Ahora, según fuentes de Infraestructuras, en febrero o marzo, dependiendo de la climatología, se realizará una poda de contención de copa. Se trata de una intervención menos agresiva, tendente a que el árbol mantenga su aspecto ornamental y más saludable. Pese a que el olivo de Cort ha superado este nuevo episodio, sus cuidadores saben que deben estar vigilantes. La infestación del ejemplar depende de muchas circunstancias, entre ellas las ambientales.

De hecho, la aparición de los ataques puede estar fomentada por las especiales condiciones del cultivo del ejemplar. En su base hay una jardinera en la que se plantan desde hace años macizos de flores de temporada que tienen unas exigencias hídricas mayores que las del olivo.

Aunque no se sabe si se puede establecer una relación de causa efecto, lo cierto es que la cochinilla comenzó a visualizar sus efectos dañinos poco tiempo después de iniciar la siembra sistemática de flores en el parterre que hay a sus pies. Y es que las condiciones en las que ha vivido a lo largo de sus 600 años de existencia han sido muy distintas a las de ahora. Procede de Pedrutxela Petit, una finca de Pollença situada en plena Serra de Tramuntana y se plantó en la plaza de Cort el 3 de mayo de 1989.