"Marcus, cuando era júnior, ganó todas las pruebas de kayak a las que se presentó", explica Toni Rigo, actual entrenador de piragüismo en el Club Náutico de Porto Petro, de donde viene el flamante medallista olímpico mallorquín Marcus Cooper Walz. Él y sus compañeros, Jaume Mestre y Joel Badia (primer entrenador del palista), coinciden en que el joven piragüista isleño "ya apuntaba a maneras desde pequeño".

Según explica Badia, Cooper "llegó al CN Porto Petro por la invitación de un amigo suyo a los doce años". "Jugó a baloncesto y a fútbol, pero no se adaptó a sus compañeros y no le gustaron ninguno de los dos deportes. Era un chico al que le costaba integrarse y su madre lo apuntó a piragüismo", cuenta el primer entrenador del oro olímpico en Río.

Su adaptación fue más rápida de lo esperado. "Tenía una habilidad innata para remar", recuerda Badia. "Era muy cómodo enseñarle la técnica de la palada porque ya la tenía por defecto. Solo tuvimos que practicar y practicar", añade.

Badia asegura que en piragüismo "lo más importante es la eficiencia y la forma de remar". "Rema muy bien desde que empezó, apenas tuvimos que enseñarle", afirma el entrenador del CN Porto Petro, Toni Rigo. "Una de las cualidades más importantes de Marcus es su genética. Lleva el piragüismo en la sangre", considera Jaume Mestre, compañero de Rigo en el club.

Aún así, lo que más llama la atención a sus antiguos entrenadores no es su técnica, sino su mente fría. "Sin entrar en estereotipos, Marcus es un ´gentleman´ inglés, es decir, una persona muy templada", explica Rigo refiriéndose a la tranquilidad con la que Cooper consiguió el oro en Río. "Tiene un nivel mental increíble, que le permite remar sin presión", dice Badia.

Un chico que no falla

Mestre también destaca, por otro lado, que es una persona "que nunca defrauda". Cuenta que en 2010, cuando Cooper se jugaba su pase a un centro de tecnificación en una competición nacional, el piragüista se lesionó la muñeca hasta el punto que la tuvo que llevar escayolada. "Fue un momento tenso, porque solo le hacía falta correr esa regata para entrar, finalmente, en el centro", comenta Mestre. "Marcus no cedió al dolor y decidió remar. Quedó cuarto, con la muñeca tocada, y obtuvo un pase al grupo de tecnificación", finaliza. "Si no hubiera tenido el valor de competir en esa regata, Marcus tal vez nunca hubiera llegado a ser el deportista que es hoy", explica Badia.

"Lo de la muñeca fue una situación que rozaba el dramatismo, pero peor fue cuando tuvimos que esperar su clasificación olímpica", asegura Rigo. Marcus Cooper no consiguió el pase directo a Río tras quedar una posición por debajo de la necesaria en el clasificatorio de Duisburg, pero uno de sus rivales en K-1 consiguió también clasificarse en K-2, lo que le adjudicó al mallorquín el billete a los Juegos.

"Confiábamos en las posibilidades de Marcus para llegar a Río, pero nos sorprendió muchísimo el oro", coinciden los tres antiguos entrenadores de Cooper. "Sabíamos que podía llegar perfectamente a la final, incluso luchar por el bronce. ¿Pero el oro? Nunca nos lo habíamos planteado", explica Mestre, que cree que el palista también se sorprendió al ganar.

"Nunca hubiera apostado a su victoria, pero cuando vi que a poco del final comenzó a remar más rápido y acabó sacándole media piragua al segundo me emocioné", comenta Rigo.

Badia, por su parte, además considera que esa victoria es, en parte, también suya. "Marcus es quien se ganó la medalla, pero me siento realizado al saber que lo entrenamos y que le dimos las herramientas para que llegara hasta aquí", presume.

Pero las sorpresas no acaban aquí. Rigo explica que, al rato de acabar la regata, miró su teléfono y se encontró con cerca de 400 mensajes de felicitación por su trabajo con Cooper. "Además de los What´s App, me sorprendió el enorme incremento de seguidores que Marcus recibió en la red social Instagram", añade.

Mestre, que sigue entrenando a jóvenes piragüistas en Porto Petro junto a Rigo, espera que la victoria de Cooper ayude al club a seguir adelante. "Hacemos muchos esfuerzos para que sigan saliendo piragüistas de este club náutico. Es muy difícil ya que, para llevar a los chicos a competir en regatas nacionales, es necesario muchísimo dinero", explica. Continúa: "El oro de Marcus puede beneficiarnos bastante. La Administración Pública tal vez decida ayudarnos más con los gastos y es posible que algún inversor decida aportar dinero a este proyecto que se ha mostrado ganador".

"Es necesario que los medios den más visibilidad a este deporte, sobre todo en las islas. Con más ayuda podrían salir más piragüistas como Marcus o Benavides que nos traigan muchas más alegrías", finaliza el entrenador.