¿Qué le parece la prohibición de pisos turísticos que se ha aprobado en Palma
Estoy en contra de las prohibiciones absolutas. Muchos de los problemas que tenemos en las islas se han centrado en la visión de que el problema es el turismo, cuándo los datos demuestran que no es así. Se dice que el alquiler turístico genera un problema de vivienda en Palma, cuando las plazas de turismo vacacional suponen un 1,5%. Hay un problema de vivienda porque esta comunidad autónoma ha crecido en 21 años casi un 50% y no se ha construido vivienda suficiente ni se han hecho las carreteras que se necesitan. También se dice que el problema del tráfico es del turismo, cuando es un problema de los residentes, que somos muchos más.
¿Afectará a los sectores de comercio y restauración?
Puede afectar negativamente. No se pueden poner puertas al campo. Creo que esta prohibición provocará que se alquile de una forma fiscal más opaca y esto es un gran peligro. Con las normativas se ha controlado, como debe ser. Pero, claro, si no se puede hacer oficialmente no se descarta que haya gente que lo haga. Creo que con la prohibición se puede conseguir el efecto contrario al deseado.
La prohibición favorecerá la oferta ilegal?
Por ejemplo la oferta ilegal de extranjeros que tienen una vivienda aquí, que la alquilarán por su cuenta sin estar en las páginas web. No hace falta estar en internet para alquilar, y así será más difícil de controlar. Yo creo que la Ley turística tiene cosas que...No estoy de acuerdo con la prohibición de alquilar en rústico protegido, cuando es una oferta totalmente diferente de viviendas que tienen 200 ó 300 años. Es una manera de poder mantenerlas, ya que en el suelo rústico protegido no se puede hacer nada.
¿No cree que se deben poner límites?
Creo en el límite de la calidad. He estado 7 años, entre presidente y vicepresidente, al frente de la Cámara, y la verdad es que ha habido una gran evolución económica en positivo. No tiene nada que ver lo que se respiraba hace 6 ó 7, pero ha surgido un problema que es la turismofobia. Se está acusando al turismo de cosas que no son culpa del turismo, sino de nuestro propio crecimiento. Nadie en Europa ha crecido un 46% como hemos crecido nosotros en 20 años. Y esto provoca que no tenemos infraestructuras suficientes en muchos ámbitos, desde carreteras a depuradoras. El problema del tráfico es de nosotros como residentes, no es ni por los coches de alquiler ni por los turistas.
Pero el modelo turístico que tenemos está basado en la cantidad, vamos de récord en récord.
Nos tenemos que olvidar de hablar de cifras de turistas, porque cada vez vienen menos días. Debemos hablar de estancias, y está claro que cada vez son más cortas. Faltan muchos datos para poder hablar en serio. Que hay unas circunstancias extraordinarias que nos han favorecido, sí, pero desaparecen. Es como si hay seis cines en Palma y cierran tres. Los otros tres tendrán lleno y estarán desbordados, pero cuando la cosa se normalice todo volverá a su sitio.
¿Palma debe poner coto al número de cruceros?
Los cruceros no son un problema. Cuando Palma está llena no es de gente de los cruceros. La Cámara está en el centro y yo cuando llego no atropello a ningún turista. Que haya tres calles con más turistas no significa que Palma esté saturada. El problema del centro de Palma no son los cruceros, sino que hay 800.000 turistas y, si un día está nublado, si va un 5% a Palma ya son 40.000. El día que bajan más cruceristas son 12.000. Es una cuestión de números.
¿Es necesario vivir seis meses agobiados para poder tener salud económica?
Lo del agobio es una sensación. Mallorca es un gran parque de atracciones, que lo que debe intentar es que cuando hay gran afluencia de público todo sea lo más fácil posible. Yo creo que en esta comunidad no se han tomado las medidas adecuadas para que las cosas sean más fáciles para vivir en ella. No sé cuantos años hace que hablamos del Segundo Cinturón, de la carretera Llucmajor-LlucmajorCampos, y estamos discutiendo si la hacemos tres metros más ancha o más estrecha cuando tenemos dos kilómetros a cada lado de terrenos abandonados. Yo veraneo en la zona de Sa Rápita-Es Trenc, y allí había unos párkings que por lo visto han sido ilegales durante 20 años. La gente llegaba a Es Trenc fácilmente, sin agobios. Ahora va el mismo número de personas, pero agobiadas porque tienen que aparcar a tres o cuatro kilómetros. La conclusión es que hay la misma gente que había, la playa no está saturada ni mucho menos, en verano hay una persona cada 20 o 30 metros, pero creamos cuellos de botella.
Ya que saca el tema, ¿no cree que la autopista Llucmajor-LlucmajorCampos
No. Si hay un caudal de coches determinados, y los técnicos lo dicen, ha de tener los medios adecuados. Y no olvidemos que no hay nada más contaminante que un embotellamiento de tráfico. Aquí tenemos la misma Vía de Cintura y las mismas carreteras que hace 20 años. Yo cada día cojo la Vía de Cintura a las ocho de la mañana y no hay ningún turista. Somos nosotros mismos que tenemos el problema. Que a largo plazo se debe mejorar el transporte público? Sí. Pero lo que necesitamos ahora se tendría que haber hecho hace 10 años. Lo mismo digo con las depuradoras.
Las infraestructuras hacen aguas.
Tenemos una falta de financiación del Estado español hacia nosotros. Estamos en la cola de inversiones pero a veces es porque aquí no definimos qué infraestructuras queremos. No creo que se deba construir por construir, pero alguna solución debemos encontrar. Igual que en la vivienda. ¿Cuánto se ha hecho en materia de vivienda los últimos 15 años para cubrir este 46% de gente que ha venido? Nuestro crecimiento no es vegetativo.
¿Todo para mantener un modelo económico que cada vez necesita a más gente para producir lo mismo?
La gente quiere vivir aquí. Aquí ha venido mucha gente que no tiene trabajo. Curiosamente, teniendo más empleos que los que teníamos antes de la crisis, tenemos un número de parados mucho superior.
¿La economía balear se arregla diversificando?
Cuando hablamos de diversificar yo creo que se debe mirar de ser proveedores al máximo posible de la industria turística. Está claro que hay un mercado para los diferentes sectores industriales, pero creo que el cliente debe ser el mercado que tenemos aquí. Exportar desde Mallorca es posible pero no es fácil. Es complicado, es caro, no tenemos las dimensiones de las empresas, que aquí son pequeñas. También tenemos un problema de formación.
¿Falta más Formación Profesional?
En los ránkings de España estamos los primeros en abandono escolar, porque la facilidad de encontrar trabajo ha hecho que mucha gente haya ido a trabajar antes de hora y sin tener ningún tipo de preparación. Aquí a la larga debería haber un pacto para fomentar que, de ningún modo, se fueran a trabajar sin estar preparados. Las empresas deberían exigir un nivel de formación para trabajar.
El último año han caído George's, Lafiore, Pep Lemon...¿Es inviable fabricar nada en Mallorca?
El calzado era una de las bases de la Cámara. Hace 12 años el sector exportador estaba representado por piel y calzado, pero competir con el mercado asiático es muy difícil. Se pueden buscar nichos de mercado, como lo que hay en los polígonos industriales, aunque sean más comerciales que industriales. Todos los sectores que puedan estar detrás del sector de la construcción o del sector hotelero y que han dado el salto detrás de estos sectores en el Caribe...esto es una manera de exportar también y de ir produciendo. Hay empresas modelos en este sentido. Esto es más factible. Para casos como Pep Lemon, luchar contra grandes multinacionales es muy difícil. Lo que sí que se puede intentar es que los turistas busquen productos autóctonos como el vino.
¿La reindustrialización debería ir orientada a dar apoyo a la industria turística y nada más?
Se deben hacer productos diferenciados, porque si hacemos lo mismo siempre habrá quien lo haga más barato. Además, una de las posibles vías es el mercado turístico. El souvenir antes era una sombrero y ahora es una botella de vino o un embutido.
¿Pero los hoteleros no se resisten a incorporar el producto local?
Hay miles de hoteles y miles de sensibilidades. Cada vez hay una sensibilidad más grande del hotelero hacia el producto local. A lo mejor a remolque de los clientes, pero se da esta circunstancia.
Teóricamente hemos salido de la crisis, pero una parte importante de la sociedad no ha quedado igual. Los sueldos son más bajos y con contratos de 20 horas se trabajan 40...
La recuperación no es absoluta, pero debemos tener en cuenta que en 2008 vivíamos en una nube, era todo mentira. Vivíamos por encima de nuestras posibilidades. ¿Que hay niveles que no se han recuperado? Sí. Hay una asignatura pendiente que creo que está en trámites de solucionarse. El caso del convenio de hostelería es un ejemplo de que se están actualizando. Creo que en un par de años se arreglará de una forma razonable, pero insisto que el año 2007 y 2008 vivíamos en un globo que se pinchó y tomar como referencia los años en que vivíamos por encima de nuestras posibilidades es engañoso.
Su antecesor se enfrentó a los hoteleros. ¿Usted ha tenido problemas con ellos?
Los hoteleros se fueron de la Cámara y hasta ahora que habrá elecciones no han podido volver. El talante de la Federación Hotelera es diferente de lo que era en otra época. Sé que el tema vacacional es un problema para los hoteleros, pero yo siempre digo que debe haber taxis y autobuses.
El 22 de mayo llega el fin de su mandato. ¿Cual es su balance?
Positivo porque se ha definido lo que es la Cámara de Mallorca. Empezamos en un momento en que había una normativa general, sin ley autonómica. Con su aprobación se ha avanzado mucho. La Cámara se reafirma como una corporación de derecho público y con unas funciones delimitadas por la ley estatal y balear.
