El nuevo obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, asumió ayer por primera vez la "falta de unidad" en la Iglesia de la isla. El nuevo titular de la diócesis mallorquina confesó haber "oído muchas veces la crítica de la falta de unidad del clero", si bien defendió que, para él, "no sólo hay que pedir unidad para el clero, sino para toda la comunidad". Taltavull ya aprovechó la homilía de la ceremonia del pasado sábado en la Seu que dio inicio a su ministerio episcopal para reclamar a sus sacerdotes "estar unidos con Cristo y formando un solo cuerpo".

En la presentación ayer del nuevo Consejo Episcopal -el máximo órgano de gobierno de la Iglesia mallorquina- el obispo insistió en hacer "una llamada a la unidad de nuestro presbiterio, de las comunidades parroquiales y de todo organismo eclesial". "No puede ir cada uno por su lado", señaló Taltavull, que subrayó que la "misión" de cada uno de los vicarios nombrados "siempre en función de la unidad, debe servir toda la realidad de nuestro pueblo, amplia y diversa, rica en valores y llena de Evangelio".

"No rompe la caña agrietada ni apaga la mecha que está encendida por poco", citó el prelado los Evangelios para instar a "detectar aquello que está agrietado y no ahogar aquello que vive por poco". "Esto quiere decir mucha presencia", explicó Taltavull: "Hemos de atender a cada sacerdote, uno por uno para que no se sienta solo".

Cabe recordar que la división del clero mallorquín se ha hecho evidente en los últimos años y, de hecho, propició en gran medida la salida del obispo Jesús Murgui, que fue sustituido por el antecesor de Taltavull, Javier Salinas, apartado posteriormente por el Vaticano tras denunciar el marido de su secretaria personal que éste había "roto su matrimonio".

Por otra parte, Taltavull hizo también especial hincapié en "la comunicación", que señaló como "clave" y que, defendió, debe ser "un eje transversal" en el nuevo Gobierno de la Diócesis. "A veces la gente no nos entiende y es una lástima", lamentó el prelado, que evitó criticar a sus antecesores en ese sentido, si bien admitió que "siempre notas deficiencias en la comunicación. Por eso el Papa habla de nuevos lenguajes". "En este punto, estamos en la línea del Papa Francisco", resaltó el obispo.

Criterio para los nombramientos

Preguntado por los criterios para el nombramiento de los miembros de su equipo, el obispo explicó que "durante un año ha podido escuchar, hablar y rezar con los distintos miembros de la comunidad". "He observado lo que la gente de nuestra Iglesia quiere y a lo que aspira", aseguró Taltavull a los medios presentes.

Previamente, tomaron posesión los miembros del nuevo Consejo Episcopal, que incorpora a cuatro nuevos sacerdotes -Xisco Vicens (párroco de Pollença), Eugeni Rodríguez (párroco de Llucmajor), Antoni Canyelles (párroco de Santa Maria) y Marià Gastalver (párroco de Sóller)- pero que mantiene como número dos de la diócesis a Antoni Vera y a Miguel Gual al frente de Educación y Formación. También sigue Nadal Bernat, que deja de ser el provicario general y pasa a ser vicario episcopal de relaciones institucionales y patrimonio histórico.

El vicario general, Antoni Vera, habló en nombre de todos, y dio la bienvenida a Taltavull, al que definió de "obispo cercano, amable y hombre de gobierno".