Doce centros de salud de Mallorca revisaron la medicación de más de mil personas mayores de 75 años en el marco del programa de atención a los pacientes polimedicados de actuación preferente.

Con esta revisión se pretende mejorar los resultados y reducir los efectos adversos de la medicación. Después de estudiar los casos, se han hecho propuestas de mejora del tratamiento al 96,8% de los pacientes entre los meses de mayo de 2016 y 2017.

Los responsables de este programa destacan que la atención de los pacientes con alguna enfermedad crónica y la polimedicación son dos grandes retos para mejorar la asistencia sanitaria. En este sentido, indican que más de un tercio de los casos urgentes en los centros de atención primaria presenta un resultado negativo vinculado a la medicación y, por lo tanto, más del 70% de los efectos adversos se podrían prevenir.

Entre las posibles consecuencias adversas de la polimedicación destacan la falta de eficacia preventiva, las interacciones entre distintos medicamentos, el incremento de ingresos hospitalarios, la alta mortabilidad, un mayor riesgo de sufrir una caída y el uso ineficiente de recursos sanitarios.

Otro problema que se añade es el diseño de los envases y la similar apariencia de los medicamentos. Este problema no ayuda a las personas mayores a tomar la pastilla que toca porque genera confusión.

Actualmente, los centros sanitarios que se han adherido a este programa son cuatro de Palma, uno de Sineu, uno Felanitx, uno de Artà, uno de Andratx, uno de Santa Maria, uno de Vilafranca, uno de sa Pobla y uno de Campos. Además, recientemente se han sumado uno de Binissalem y uno de Manacor. Se espera que, de manera progresiva, se vayan sumando más centros.

La revisión, un trabajo en equipo

La revisión sistemática de la medicación es un examen estructurado de los medicamentos que toma cada paciente con el objetivo final de conseguir que los beneficios sean los mejores que cabe esperar.

En esta labor participa inicialmente el farmacéutico de atención primaria del centro de salud y el microequipo formado por el médico de familia y la enfermera comunitaria de referencia del paciente. El trabajo en equipo permite adecuar los tratamientos farmacológicos a las particularidades de cada paciente teniendo en cuenta las enfermedades que tiene y su momento de evolución.

Cada integrante del microequipo tiene unas funciones en el programa orientadas a revisar el tratamiento farmacológico de los pacientes.