El sector isleño del transporte por carretera dista mucho de estar viviendo sus mejores momentos, pese a que la entrada de ingresos en sus cajas está siendo muy notable de la mano de unas temporadas turísticas de récord. A las recientes multas por un valor global de 9,1 millones de euros impuestas a más de 30 empresas del sector y a su patronal balear por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se han sumado las fricciones que se están viviendo entre diferentes gremios por su actividad en el aeropuerto. Y a ello se añade el miedo que se vive por los cambios que el Govern ha aprobado para el servicio regular interurbano y que, en opinión del sector, va a dejar fuera de juego a las compañías mallorquinas y va conllevar la entrada de grandes firmas peninsulares.

Falta de "músculo" económico

Hay que recordar que el Govern ha decidido reducir las 20 concesiones que actualmente existen en el servicio interurbano de la isla para dejarlas solo en tres, que cubrirán otras tantas grandes zonas de Mallorca a partir de enero de 2019. Para ello, se va a convocar un concurso para adjudicar estas tres concesiones, y se admite que "el músculo económico y de recursos" que se necesita para hacerse con uno de estos tres paquetes es excesivo para el tamaño medio de las flotas mallorquinas. En este sentido, se recuerda que para hacer frente a cada una de estas tres concesiones se necesitarán entre 60 y 70 autocares.

La intención del Ejecutivo es meter, en cada una de estas tres grandes zonas, líneas que pueden ser muy rentables (como las que llegan a las zonas turísticas) con otras deficitarias para que las primeras compensen a las segundas y se pueda reforzar estas últimas.

Pero eso puede implicar el desembarco de grandes firmas de empresas de autocares, desplazando a las isleñas, según se subraya.

Respecto a la propuesta de sanción de la CNMC, se señala que todas las empresas afectadas van a recurrirla ante la Audiencia Nacional, y la federación balear de transporte tiene previsto hacerlo este mismo mes.