Álvaro Ruiz Mateos, el hijo del fallecido empresario de Nueva Rumasa, se ha desmarcado de la operación que se está juzgando en la Audiencia de Palma, por la presunta estafa en la compra de los dos hoteles, que se está juzgando en la Audiencia de Palma.

El heredero aparece como avalista de la operación, concretada en un precio de 11,6 millones, como administrador único de las empresas de alimentación Clesa y Dhul. Álvaro Ruiz Mateos se ha desvinculado de esta operación y ha responsabilizado a su padre. "José María Ruiz Mateos era el único dueño del Grupo Nueva Rumasa. Él negoció la operación y decidió que las dos empresas actuaran como avalistas. Yo me limitéa ir a firmar a la notaría, no conozco a los vendedores".

El acusado, que se ha enfrentado al fiscal Juan Carrau, ha insistido en que todas estas operaciones habían sido comprobadas por los dos despachos, jurídico y económico, que asesoraban a su padre. "No firmé a lo loco estaba convencido de la legalidad".

El hijo ha reconocido que su padre no figuraba en las acciones de las empresas que actuaron en la operación, pero que dessconocía el motivo. "Se lo debería preguntar a él". El hijo del empresario, que está en estos momentos en prisión, ha insistido que aunque fuera administrador de dos de las mayores empresas de Nueva Rumasa, no estaba al corriente de la gestión, ni de la actividad. Aunque ha asegurado que ambas empresas eran solventes, dijo que no conocía los beneficios que había obtenido.

Álvaro Ruiz Mateos ha aclarado que era un simple empleado de Nueva Rumasa, con un sueldo de 3.500 euros al mes, que se encargaba de funciones comerciales. Aseguró que nunca ha dispuesto de patrimonio.