El abogado que representa a la Universitat en la investigación sobre la presunta estafa relacionada con el producto Minerval ha pedido al juez que cite a declarar al catedrático de la UIB que ya investigó, por orden de la entonces rectora Monserrat Casas, al profesor Pablo Escribá. En concreto, el investigador Jordi Lalucat, una de las personas de mayor confianza de Casas, acudió a la conselleria de Salut en busca de ayuda para poder comprobar si el producto que patrocinaba Escribá había logrado o no todos los permisos reglamentarios para poder comercializarse como fármaco, ya que se habían detectado campañas de publicidad que afirmaban que podía curar el cáncer.

Cuando Lalucat acudió en el año 2012 a la conselleria, según explicó al juez una alto cargo del departamento de Farmacia, se enteró de que el Govern ya había iniciado una investigación de oficio, precisamente al detectar que se estaba promocionando el Minerval como un producto con poderes para curar tumores. En la conselleria le entregaron al emisario de la entonces rectora toda la documentación que se había recopilado con respecto a esta investigación de oficio, iniciándose a partir de ese momento un expediente interno en la UIB, que concluyó años después sin ningún resultado y, sobre todo, sin adoptar ninguna medida para evitar la comercialización de este producto.

El letrado Gabriel Garcías, que representa a la UIB, ha presentado este escrito al juez Morell, del juzgado de instrucción número 9 de Palma, para que decida si se debe citar o no a dicho catedrático. El juez, de momento, no ha respondido al recurso que planteó esta semana el abogado, oponiéndose a la decisión de que la UIB esté personada en la causa como responsable civil y no como acusación particular, como pretende.

No se descarta que el juzgado solicite por su cuenta que la Universitat entregue el expediente que se tramitó para conocer las razones por las que no se adoptó ninguna medida con respecto a este producto.

Expediente

El juez ya tuvo conocimiento de la intervención del catedrático Lalucat mucho antes de que estallara el escándalo, precisamente, en la declaración que realizó la jefa de sección del departamento de farmacia. Esta funcionario confirmó que el Govern inició una investigación al detectar en la prensa noticias sobre la existencia del Minerval, que señalaban que tenía propiedades para curar el cáncer.

La conselleria se puso en contacto con las autoridades europeas encargadas de autorizar la comercialización de un producto como medicamento, después de superar una serie de numerosos y complicados ensayos. Así se averiguó que el Minerval estaba en fase de estudio, pero que no había logrado la autorización para poder comercializarse como fármaco.

La conselleria, una vez confirmada esta información, instó a la empresa relacionada con el profesor Escribá a que en un plazo de 48 horas retirara cualquier tipo de publicidad que señalara que el Minerval tenía propiedades curativas contra el cáncer.

Los investigadores informaron a la conselleria, según señaló la funcionaria de Farmacia, que el producto estaba en fase de pruebas y que estaba previsto realizar ensayos en una conocida clínica de Inglaterra.

La conselleria, al mismo tiempo, también investigó las relaciones entre el Minerval y las campañas conocidas como “Va por ti, Nacho”, en las que se señalaba que el producto podía curar el cáncer.

La funcionaria confirmó también que, después de comunicarse con Escribá, en el mes de julio de 2013 se celebró un festival en Can Pastilla y se comprobó que se estuvo publicitando el producto como una posible solución para curar el cáncer.

Escribá, en la declaración que realizó ante el juez, aseguró que la UIB le estuvo presionando para que diera a conocer el descubrimiento que había realizado, antes de superar toda la fase de pruebas. Negó que hubiera vendido el Minerval.