Mallorca se desvincula poco a poco de las banderas azules. El distintivo de calidad que otorga una asociación privada de implantación mundial estará este verano presente en solo 32 arenales y 14 puertos de la isla, es decir, tres playas y dos zonas portuarias menos que en 2016. Vuelven a la lista Illetes, Cala Comtessa, Can Pere Antoni y Son Serra, mientras salen de la relación Peguera, Santa Ponça, es Tamarells (Pollença), Ses Penyes Rotges (Calvià) y Son Moll (Capdepera). La caída, que deja a la isla en una cifra mínima de banderas azules, responde fundamentalmente al desinterés de las administraciones públicas por un reconocimiento de calidad que "los turistas no valoran especialmente" y cuesta dinero, recalcaba el año pasado el vicepresident del Govern y conseller de Turismo, Biel Barceló.

El coste fue de hecho una de las razones por las que el Govern dejó de pagar los 21.000 euros precisos para que la organización que entrega la bandera azul realice los análisis y comprobaciones precisos. Lo mismo decidieron en algunos ayuntamientos, que también renunciaron a recurrir a las banderas de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor, colectivo privado sin ánimo de lucro que gestiona la enseña de calidad.

El resultado es que Mallorca pierde banderas azules al mismo ritmo que decrece su interés por un distintivo al que no se presentan siquiera algunos municipios tan playeros como Llucmajor, Campos o Manacor: hay tres banderas menos, del mismo modo que solicitaron la enseña tres playas y un ayuntamiento menos. La realidad es que apenas el 15% de las playas de la isla se interesan por conseguir la bandera azul.

Con lo que Mallorca, el destino de referencia de uno de cada cinco turistas de sol y playa del verano español, luce solo 32 de las 579 banderas azules que habrá este año en la costa española. Y eso es una de cada 18, proporción muy alejada del liderazgo de Mallorca en lo que a turismo playero se refiere. Y algo parecido pasa con los puertos. El domingo leían en DIARIO de MALLORCA que los puertos de la isla liderarán el negocio náutico este verano, realidad que no se refleja en el mapa de banderas azules: de los cien puertos españoles con la enseña privada de la sostenibilidad ambiental de la isla solo son catorce, dos menos que el verano pasado. De la lista azul desaparecen así dársenas ilustres como la del Club de Mar, el Real Club Náutico de Palma o el Port de Pollença, mientras solo se suman a la bandera azul los muelles de Portocolom. Con lo que Mallorca solo crece en una categoría, la de banderas azules para embarcaciones turísticas sostenibles: los tres barcos de nombre Mar Cabrera figuran entre los cien del mundo distinguidos, de los que solo otros dos están en España.

Platja de Palma no es azul

Entre las que sí aspiran al distintivo cada año destacan algunas que el año pasado fueron descartadas por la organización de la bandera azul, por no cumplir los mínimo de servicios y de calidad y limpieza. Es el caso de Can Pere Antoni (Palma), que se quedó sin bandera el año pasado y la recupera este verano. En Palma solo hay otra playa con la enseña, Cala Estància, donde anteayer se denunciaba un vertido de fecales procedente del emisario de Can Pastilla, que a su vez carece de bandera. En esa misma zona reina una ilustre ausente de la carrera por las banderas: Platja de Palma, al igual que Ciudad Jardín, perdieron el reconocimiento en 2016 y siguen sin él este verano. Aunque tampoco lo tiene es Trenc, que ni se presenta. Y lo mismo ocurre en la Tramuntana: la última reserva natural renuncia al distintivo azul artificial, que como excepción luce en Sóller, pero en su dársena, no en su arenal.

Y mientras Mallorca pierde interés y presencia en el mapa del distintivo azul, Menorca se queda igual que hace un año (cinco playas tendrán la bandera) y Eivissa gana fuerza, al pasar de cinco a ocho arenales con la distinción. Fuera de las islas, la Comunidad Valenciana lidera el número de playas con bandera azul, con 129, (4 más que en 2016), seguida de Galicia (113), Cataluña (95) y Andalucía (90)