Con todos los focos de la Conferencia de Presidentes de la semana pasada puestos sobre el nuevo modelo de financiación autonómica, Govern y Gobierno se olvidaron de informar sobre un asunto clave para Balears: Francina Armengol le reclamó en la reunión a Mariano Rajoy que entre de lleno en la regulación del alquiler turístico, principal quebradero de cabeza de la líder balear durante esta legislatura. Según confirma la propia presidenta balear, el mensaje que le trasladó es que es preciso que el Gobierno central reforme la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), "de modo que deje de ser utilizada para esconder actividad turística".

"Si el Gobierno hace eso, que es sencillo, porque solo requiere el cambio de uno de los artículos, sería perfecto. A partir de ahí cada comunidad ejercerá sus competencias para ordenar el arrendamiento turístico como considere", razona la presidenta balear. Armengol se refiere con su petición a las dificultades que tiene el Govern para controlar el alquiler en viviendas de uso residencial en bloques plurifamiliares, es decir, el piso del 4ºB o el del segundo derecha. Según la ley actual, aprobada en 2012 por el Govern Bauzá (PP), en Balears está prohibido que ese tipo de inmueble sea promocionado turísticamente en portales tipo AirBNB. Lo que no puede impedir Balears es que los propietarios recurran a la Ley de Arrendamientos Urbanos y lo alquilen igualmente, la mayoría de las veces, incumpliendo requisitos tan básicos como que se firme un contrato con cada inquilino o que se deposite un mes de fianza.

Contra ese resquicio legal chocó el Govern Bauzá cuando intentó perseguir el arrendamiento turístico ilegal (sigue estando fuera de la ley siempre que se promocione por canales como AirBNB o HomeAway, por ejemplo). Y lo mismo le pasa al de Armengol, que con la reforma que ha puesto en marcha abre la mano a que se alquile legalmente en bloques de pisos, aunque con muchas condiciones (como la autorización de la mayoría de la comunidad de vecinos o que el Consell Insular permita el uso turístico en esa zona concreta).

Por ello, Armengol le trasladó su inquietud a Rajoy, ante la sorpresa de algunos presidentes autonómicos, a los que el problema de exceso de turistas de Balears les sonaba a cualquier cosa menos a problema. Rajoy no prometió nada al respecto, aunque sí lo hizo su secretaria de Estado de Turismo, Matilde Asián, después de que ese mismo día los grandes hoteleros se lo exigiesen en persona en una cumbre previa a la feria Fitur.

No era la primera vez que las islas trasladaban ese mensaje a Madrid: un mes antes, la presidenta de la Federación Hotelera, Inma Benito, pidió en persona a la propia Asián la reforma de la LAU, mientras destacados hoteleros de Mallorca le solicitaban lo mismo al ministro de Turismo, Álvaro Nadal. Tras estos movimientos, la secretaria de Estado se ha comprometido a homogeneizar la regulación en todas las comunidades.

Según explica Biel Barceló, conseller de Turismo, la modificación de la legislación estatal de arrendamientos para dejar claro qué se considera exactamente alquiler turístico "facilitará las cosas". Aunque avisa: "Si lo que hace el Gobierno estatal es invadir competencias turísticas, y regular sin consensuar, habrá problemas".