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Espionaje

Documentos de la CIA desvelan el peso mundial de Juan March

La agencia de espionaje estadounidense desclasifica y pone al alcance del público informes secretos con operaciones del banquero mallorquín - Los espías otorgan al financiero un papel central en la victoria de Franco, en transacciones suizas, en Oriente Medio y en Estados Unidos

Documentos de la CIA desvelan el peso mundial de Juan March

Juan March preocupaba a la CIA. Los millones de documentos desclasificados en años recientes y puestos ahora al alcance del público demuestran el peso mundial del banquero mallorquín. La agencia estadounidense de espionaje le atribuye un papel central en la victoria de Franco, investiga su participación en transacciones financieras en Suiza, lo sitúa en la encrucijada de Oriente Medio y analiza su influencia dentro de Estados Unidos. A través de una docena de referencias, lo confirma como uno de los españoles más influyentes del siglo XX.

Uno de los capítulos más inesperados del seguimiento de la CIA a Juan March tiene lugar en Siria. En un documento de 1948 con la clasificación de "secreto", se describen los esfuerzos del entonces presidente sirio Quwatli para adquirir cuatrocientos aviones militares "contra las incursiones judías". El encargado de la compra era Jean Sihnawi, que fue ministro de Economía Nacional.

El autor del informe sobre la "Expansión prevista de las Fuerzas Aéreas Sirias" señala que Sihnawi "ya ha iniciado las negociaciones con una firma española para suministrar los aviones". Como pieza esencial de la operación, "se dice que Sihnawi es amigo del rico e influyente industrial español, Juan March, y que tiene otros amigos españoles influyentes". Solo el mallorquín figura con nombre y apellidos, la CIA siempre lo referencia como un argumento de autoridad.

Otro documento "secreto" y englobado en el apartado "Crímenes de Guerra Nazis" describe una transacción bancaria en Suiza. La CIA investigaba en 1946 a Michael Olian, un contrabandista de altos vuelos cuyo perfil recuerda al contemporáneo Marc Rich. En Francia gozaba de la "protección" de destacados políticos, como los socialistas Léon Blum y el primer ministro Mendés France. Los espías americanos destacan asimismo "su amistad con el primer ministro italiano De Gasperi". Una vez más, March va a encontrarse en excelente compañía.

El negociante Olian se dedicó en 1940 "a comprar bienes a bajo precio, pertenecientes principalmente a judíos de Francia", actuando en nombre de un banco ginebrino. En medio de este tráfico, el intermediario con contactos en la cumbre "acordó un cambio en pesetas para la oficina del banco suizo SBS en Madrid. Los beneficiarios fueron Juan March (español) y Matas (español)".

Winston Churchill otorgó a March la condición de intocable durante la Segunda Guerra Mundial. El financiero mallorquín se encargó de sobornar a los generales de Franco para que España se mantuviera neutral durante la Segunda Guerra Mundial. El primer ministro británico tuvo que emplearse con fuerza para que los estadounidenses no actuaran contra March por su duplicidad, y esta frustración se refleja en los documentos de la CIA.

Los espías comentan un libro sobre los "agentes secretos" del Tesoro norteamericano. Entre estos colaboradores clandestinos figuraba "Juan March, el rico y envejecido financiero español que es amigo íntimo del Generalísimo Franco". La CIA recoge una crítica del ensayo donde se resalta que "March no pudo ser detenido porque España era supuestamente neutral en la guerra". Los estadounidenses se quejan de "los impedimentos puestos por nuestros diplomáticos". Se equivocan de culpable. En aquellas fechas, a finales de los cuarenta, se ignoraba todavía que la inmunidad absoluta del banquero mallorquín emanaba del propio Churchill.

La CIA no perdía oportunidad de recopilar información sobre el papel decisivo jugado por March en la victoria de Franco. En los archivos de la agencia ahora liberados consta un artículo de la publicación inglesa Spectator, traducido al italiano en Il Mondo en 1947, bajo el título de "Diez años de falangismo". Allí se adjudica directamente el resultado de la Guerra Civil "al gran industrial español y especulador bélico Juan March. Movilizó todas sus relaciones internacionales, que tenían sus puntos de apoyo en particular en la Roma mussoliniana y el Berlín hitleriano". Incluso desde la crítica más acerba, nunca se le sustrae al mallorquín un poder casi sobrenatural.

El minucioso seguimiento de la CIA a las andanzas de Juan March no se detiene en la persona, y se extiende a la Fundación que lleva su nombre. Richard Eells, profesor de la universidad de Columbia, sometió en 1977 al estudio de la CIA una propuesta para coordinar prestigiosas instituciones culturales como la Fundación Juan March, la Krupp, la Gulbenkian, la Onassis o la Agnelli. El objetivo de control queda implícito y, de nuevo, el mallorquín se alinea con los gigantes de su oficio.

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