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Tchokotoua entregó los chalés de la discordia a la Schiffer y Schumacher

El heptacampeón de Fórmula 1 se alejó de Camp de Mar harto de los autocares de turistas alemanes que peregrinaban hasta su residencia y la casa adyacente de la ´top model´

Tchokotoua entregó los chalés de la discordia a la Schiffer y Schumacher

Hasta la guerra civil entre alemanes se libra en Mallorca. El pintoresco semimallorquín Willi Weber ha gestionado en sus distintas reencarnaciones los intereses comerciales de Michael Schumacher, Toni Schumacher y Claudia Schiffer. Hoy no puede ni acercarse al lecho donde yace en coma el fabuloso piloto de Fórmula 1, ante la prohibición expresa de la esposa del deportista, Corinna Betsch. De paso, el agente se querella contra la megamaniquí por haberle talado dos pinos de su chalet, adyacente a una casa de la Schiffer en Camp de Mar.

Superemos el estupor de que se denuncie en Mallorca a quien cumple la tarea benéfica de curarla de arbolado. Decenas de mallorquines han sido condecorados por haber talado miles de pinos, para sustituirlos por hermosos bloques de hormigón. Olvidemos la tasación de los árboles en cuestión, establecida en 15 mil euros/unidad. ¿Esa fortuna por un simple pino? Recuerde que el tasador es el compañero sentimental de Francina Armengol, a través de su firma Jardins de Tramuntana, y este especialista no se anda por las ramas en cuestión de precios. (Sí, también he oído que los pinos no pueden trasplantarse, pero es falso. En Villa Cortina fueron traídos desde el otro extremo del Mediterrámeo, adivinen qué empresario ligado a la presidenta de Balears firmó la jardinería).

Dejémonos de árboles monótonos y pasemos a las celebridades. La pregunta clave es, ¿por qué Schiffer y Schumacher poseían dos chalés adyacentes en Camp de Mar, diseñados ambos por mi amigo Pedro Otzoup? Como siempre que se monta un follón en la isla, irrumpe la figura novelesca del pseudopríncipe georgiano Zourab Tchokotoua. El compañero de internado suizo de Juan Carlos I se halla judicialmente en paradero desconocido, pues habita una dirección marroquí con princesa incluida y controlada por los servicios españoles.

Todo esto se lo explicaría con más clase Carmen Rigalt, que ha firmado como cada año el mejor comienzo de crónica veraniega desde Mallorca: "La estrella de la Familia ya se ha dejado ver en la isla. Me refiero a Froilán". Cuando es mala, es mejor. En resumen, el gran Tchokotoua mide más de metro noventa decidió promocionar su urbanización en Camp de Mar ofreciendo sendos chalés adjuntos a las dos personas más famosas de Alemania, para que Schiffer y Schumacher atrajeran compradores.

Viví la maniobra de primera mano. Me pasearon generosamente por la urbanización, en tiempos en que Tchokotoua ya estaba obligado a un discreto segundo plano. La situación se complicaba, porque el un día esposo de Marieta Salas se había convertido en acompañante inseparable de la madre de la Schiffer, la elegante Gudrun Schiffer. En mis años de perdición, me los tropezaba a cada fiesta. El pseudopríncipe también había sido anfitrión de los novios de la maniquí, como aquel David Copperfield que se pasó la cena entera sin pronunciar palabra. El truco debía ser que no compareció en Mallorca el mago, sino su holograma.

Las cosas y las casas nunca se ajustan a los planes y los planos. La vinculación de Schiffer y Schumacher con Camp de Mar fue accidentada. La modelo, que ya había tenido dos residencias en el Port d'Andratx, se trasladó a Cap Andritxol, cambiando a Otzoup por Guillem Reynés. Se construyó un vestidor más grande que su casa de usted. No me importan los metros que tenga su casa de usted, el vestidor es más grande. Tras los conflictos medioambientales de rigor en los palacetes de Boris Becker o Michael Douglas, la alemana sacó al mercado su nueva mansión por doce míseros millones de euros.

Schumacher también rompió con Camp de Mar. El heptacampeón de Fórmula 1 se hartó de los autocares de turistas alemanes que peregrinaban hasta su residencia y la casa adyacente de la 'top model'. Desligarse de Mallorca es malo para la salud. Agrego los ejemplos letales de Errol Flynn, George Sanders y Tyrone Power, que detallaré en otro volumen de mis memorias.

Cada peripecia actual aporta un síntoma de la disolución de la Mallorca clásica. Los protagonistas de esta página merecerían un tomo en la historia de la isla, lástima que la escriba el PSM. Willy Weber ha dicho la última palabra. Si no le pagan, "plantaré tantos árboles que solo podrán oler el mar". Aprecio a la Schiffer y a su madre, porque hablaron bien de mí a mis espaldas. Además, la modelo acabó casándose con un hombre tan inteligente como ella. Matthew Vaughn produjo las legendarias Lock&Stock o Cerdos y diamantes.

Pese a la poderosa evidencia en contra, ni todos los turistas son alemanes ni todos los turistas vuelan hacia Mallorca. Por ejemplo, el Obispo salió de la isla camino de Valencia a finales de la semana pasada, según testimonia la imagen que hoy nos ilustra y que fue obtenida en el aeropuerto levantino. El relajado Javier Salinas viajaba con su hermana Marisa, que aparece en la foto, y nadie más. Su familiar se instaló en Palma y es muy activa en la diócesis.

A propósito de Schiffer y Salinas, paseo por el litoral de Ponent para tomarle el pulso al turismo y me encuentro con una docena de hombres que se bañan en completa desnudez. Odio a los turistas que confunden Mallorca con Ibiza, pero me equivoqué porque entre los bañistas despojados había tres sacerdotes y hasta cuatro sacristanes locales. Todos más que adultos, claro. Me encomiendo a Unamuno, a quien el dueño del hotel Fuerteventura expuso las quejas de los vecinos al verlo tomando el sol sin ropa. "Yo no les miro a ellos, que ellos no me miren a mí". Y en ningún versículo de la Biblia se especifica que Jesucristo usara bañador.

Reflexión dominical independentista: "También son ilusos los partidos que predican la independencia de España".

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