El abogado de Diego Torres, Manuel González Peeters, volvió ayer a incendiar el juicio del caso Nóos al pedir al tribunal que expulse como acusación popular al sindicato Manos Limpias ante las sospechas de corrupción que investiga la Audiencia Nacional. Mario Pascual, letrado de Urdangarin, se adhirió a la solicitud, mientras que el fiscal anticorrupción Pedro Horrach optó por reclamar a la sala que estudie el auto del juez Santiago Pedraz sobre Manos Limpias y Ausbanc antes de tomar una decisión.

Juan Segarra, abogado de la infanta Cristina, se opuso a la salida de Manos Limpias, lo que comportaría la automática absolución de su clienta y de Salvador Trinxet, para los que solo pide condena la acusación popular, y la casi total exculpación de Ana María Tejeiro, esposa de Diego Torres.

Segarra, al igual que lo sostenido por la abogada del Estado Dolores Ripoll, recordó que no hay una sentencia firme contra el sindicato de funcionarios que lo invalide como acusación popular. Virginia López Negrete, la abogada de Manos Limpias, dijo que su cliente es el sindicato, contra el que no hay una investigación penal. La letrado anteayer por la tarde protagonizó un incidente con el fiscal Horrach, donde éste le habría llamado chantajista. Negrete anunció que denunciará al fiscal por esos hechos.

La presidenta del tribunal, Samantha Romero, interrumpió a Peeters y Ripoll para resaltar que las pesquisas de Pedraz están en una fase embrionaria y que la Audiencia no ha tenido conocimiento oficial de las mismas. Romero señaló que el tribunal de Nóos tiene que respetar la presunción de inocencia de todos, incluido el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, en prisión por, entre otros supuestos delitos, exigir 3 millones de euros a cambio de exculpar a doña Cristina.