El mercado inmobiliario balear ofrece un bombardeo de mensajes positivos. Tantos que para resumirlos hay que servirlos casi como telegramas. Para empezar, las islas han logrado estabilizar sus precios tras tocar fondo. Y mejor que eso: se ha tocado un fondo menos profundo. Mucho menos profundo. Mientras en el conjunto de España la caída de precios desde los máximos de 2007 se cifra en el 42%, la mayoría de localidades de las islas están por debajo del 35% de ajuste, con tres que destacan sobre las demás: Alcúdia (-15,7%), Calvià (-26%) y Sóller (-26%) son las tres localidades del Estado en las que la vivienda se ha devaluado durante la crisis del ladrillo, según documentaban ayer en Palma los responsables de una de las sociedades de tasación de referencia, Tinsa.

Mallorca destaca así por partida doble. Primero se desinfló menos con el pinchazo inmobiliario. Y ahora destaca como el mercado más buscado por los inversores. A ellos apunta otro puñado de síntomas, casi telegramas. En Balears, por ejemplo, están cinco de las diez localidades con los precios de vivienda más caros de España. Se trata de Calvià (2.520 euros por metro), Andratx (2.422), Alcúdia (2.410), Sóller (1.984) y Santanyí (1.972 euros por metros), municipios en los que la demanda ha seguido siendo alta durante la crisis, con lo que los precios han aguantado, mientras se reducía el stock de inmuebles sin vender.

También Palma destaca, aunque de otro modo. La capital fue en 2014 una de las tres grandes ciudades en las que más aumentaron las compraventas de inmuebles. Crecieron un 50,5%, cifra que en mercados de gran volumen solo superaron Torremolinos y Benalmádena. Ahí se intuye otra de las características de esta recuperación inmobiliaria: el turismo es factor clave a la hora de explicar la recuperación de los mercados más destacados.

El lujo va mejor aún

Otra de las claves es el impacto del mercado del lujo, destacaba el director de Tinsa en Balears, José Antonio López. "Vemos claros indicios de cambio de tendencia, principalmente en propiedades costeras de lujo, que siguen una dinámica diferente al resto del mercado, tanto en casas unifamiliares como en apartamentos", afirmaba, antes de matizar que, lujo aparte, la recuperación ya es clara en "Andratx, Calvià, Palma, Formentor, la costa norte y el mercado de grandes propiedades solariegas del levante mallorquín".

Con todo, el mercado del suelo, muerto desde hace siete años, vuelve a latir. Suavemente, titubeando si quieren, pero late. O eso dicen en Tinsa, que liga gran parte de esta actividad a fondos de inversión. "La actividad promotora inmobiliaria está empezando a avanzar", explicaba José Antonio López, que no se atreve aún a hablar de un mercado alcista, pero sí a dar por hecho que el mercado inmobiliario balear lidera la salida del ladrillo de la crisis y ha estabilizado precios. "Hay que ver ahora si estos síntomas y algunos repuntes son sostenibles".