El santuario de Lluc vive momentos difíciles. Ayer era domingo y los 'Blauets' se disponían a salir para cantar en la misa. Los niños cantores estaban formados en la sacristía cuando vieron a su director, Ricard Terrades, subir al atril para dirigirse a los numerosos feligreses que llenaban la basílica de Lluc. Terrades, después de referirse al potente proyecto educativo de la escolanía lanzó una llamada de apoyo: "Os pido que nos ayudéis ante la injusticia que está sufriendo nuestra institución". El director de los 'Blauets' no pronunció el nombre del exprior Antoni Vallespir, apartado por presuntos abusos sexuales a un antiguo alumno, pero todos los presentes adivinaron que se refería a este asunto que ha salpicado a la histórica escolanía.

Caras largas y rostros desencajados. Este era el panorama que se vivió ayer entre los religiosos del santuario. De igual modo, los padres de los 'Blauets', sentados en los bancos a cada lado del altar mayor, tampoco escondían su preocupación por lo que está ocurriendo.

Ofició la misa el prior en funciones, Ricard Janer, al que le ha correspondido esta responsabilidad al ser el hermano de la Congregación de los Sagrados Corazones ("Coritos") de mayor edad. En el momento del sermón se dirigió a los fieles y aseveró: "Por voluntad y orden del señor Obispo de Mallorca, Javier Salinas, leeremos esta carta". Acto seguido pronunció todos los párrafos redactados por el prelado y que hace referencia a la "tolerancia cero" con los abusos sexuales y de apoyo a las víctimas. El padre Janer realizó una lectura plana y sin poner énfasis en ninguna de las fases escritas por monseñor Salinas.

El llamamiento de apoyo ante la "injusticia que sufre esta institución" y la aclaración que la carta de Salinas se leía por "voluntad y orden" denota que en el seno del Santuario de Lluc creen que la acusación contra Vallespir está dejando muy mal parada a la escolanía de Lluc. Sin embargo, la publicación del intercambio de correos entre Vallespir y la presunta víctima, adelantado por este periódico el pasado sábado, apunta a la existencia de algún tipo de abuso que se inició en el propio santuario.

Los párrocos acatan las órdenes

La misiva que el prelado de Mallorca remitió a todas las parroquias se manifiesta de forma contundente contra los abusos. La carta fue escrita al desencadenarse las acusaciones contra Vallespir y contra el rector de sa Pobla, Joan Pons. La inmensa mayoría de iglesias de Mallorca han acatado la orden de la máxima autoridad de la Diócesis. Solo el párroco de la Real, Gabriel Seguí, y el de María de la Salut no la difundieron. En el caso del rector de María, según informa Biel Bergas, se debió a un descuido. En el resto de parroquias la misiva fue protagonista a la hora del sermón dominical.

Lo que sí se puso de manifiesto es que los párrocos difundieron el texto del obispo como un trámite que se les había impuesto desde arriba. Todos procuraron que en su entonación no se pudiera mostrar algún tipo de posicionamiento hacia sus compañeros clérigos o de defensa de las víctimas.

FImagen de la homilía dominical celebrada ayer en Lluc por el padre Ricard Janer, con el coro de los Blauets. I. SUTORRAS

"Ante cualquier abuso -afirma el obispo Salinas su misiva- a un menor, nosotros debemos estar del lado del menor que ha sufrido el abuso, y mantener la tolerancia cero con quien ha abusado. Todo abuso destruye la dignidad de los menores, y deja en ellos una herida que es fuente de sufrimiento".

Monseñor Salinas recuerda que este tipo de comportamientos "se alejan radicalmente de la misión propia de quien ha sido puesto como pastor que debe cuidar de aquellos que se lo han confiado". Acto seguido añade: "Los cristianos sabemos que somos pecadores, pero no queremos ser corruptos y sería una corrupción inaceptable olvidarnos de aquellos que han sido víctimas de abusos".

Momentos difíciles

El prelado no esconde los momentos difíciles por los que pasa la Iglesia de Mallorca a raíz los diferentes casos de pederastia que han salido a la luz en las últimas semanas: "En estos momentos difíciles todos experimentamos una gran preocupación y rechazo ante comportamientos que destruyen la confianza sobre la cual se edifica nuestra vida como miembros de la Iglesia, y la relación educativa, especialmente en aquellos que están en proceso de crecimiento, los menores, los más sensibles y vulnerables". Tampoco deja de lado a los presuntos responsables indicando que "en estos momentos, y mientras los hechos denunciados no sean probados definitivamente, tenemos que esforzarnos para garantizar la presunción de innocencia".

El obispo de Mallorca laza una frase que, leyendo entre líneas, parece pronunciada para el padre Vallespir. Después de referirse a los acusados y su presunción de innocencia asevera: "Muchos podemos dar fe de sus cualidades, esfuerzos y trayectoria personal".

La carta de la máxima autoridad de la Diócesis concluye con un claro mensaje: "Unidos en la plegaria, en la búsqueda de la verdad, y en la salvaguarda de los derechos de los implicados".