Han pasado ya quince años desde que, a finales de diciembre de 1999, el sistema financiero vio nacer un planteamiento pionero: el ahorro ético, una experiencia de responsabilidad social puesta en marcha por una de las pocas cajas que han sobrevivido como tales a la crisis que estalló en 2008, la mallorquina Caixa Colonya, de Pollença. El planteamiento permite establecer relaciones entre las personas ahorradoras y los emprendedores, de modo que se financian proyectos que tienen objetivos de bienestar social y favorecen el desarrollo sostenible, según explican en la entidad.

Desde la caja , el coordinador de ahorro ético, Antoni Amengual, enfatiza que, vista la experiencia de quince años, "adoptar criterios éticos en la financiación ha convertido a Colonya en un referente ético para todas aquellas personas que quieren hacer un uso socialmente responsable del dinero".