El secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, defendió ayer la reforma fiscal impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy y consideró que la prioridad en estos momentos está clara: reducir la fiscalidad que afecta a las familias para que éstas impulsen su consumo. Y la rebaja tributaria que entrará en vigor a partir de enero va a suponer una inyección de 9.000 millones de euros en un plazo de dos años para mejorar ese poder adquisitivo en el conjunto de España, según afirmó. Por ello, Miguel Ferre se mostró convencido de que las medidas que se van a poner en marcha van a tener un efecto positivo sobre el conjunto de la actividad empresarial, y más concretamente sobre el turismo y sobre los hoteleros.

Según el secretario de Estado, la rebaja media que se va a registrar en el impuesto sobre la renta (IRPF) va a ser del 12,5%, pero subrayó que para el 70% de los contribuyentes, que declaran rentas inferiores a los 30.000 euros anuales, ese recorte medio será del 23,5%. Esta inyección de liquidez para las familias implicará un incremento adicional del Producto Interior Bruto de 0,55 puntos, según las estimaciones realizadas por el Ministerio.

En relación a los presupuestos del Estado para el próximo año, puso de relieve que pese a que Balears mantiene la inversión por habitante más baja del país, es también la comunidad en la que ésta ha registrado el mayor incremento, lo que calificó como un punto de partida.

Miguel Ferre defendió igualmente reformas realizadas por el Gobierno central, como la laboral, y destacó que ésta ha servido para romper la creencia de que para generar empleo en España es necesario alcanzar crecimientos de su economía de al menos el 2%.

Por otro lado, el secretario de Estado evitó hacer recomendaciones al Govern balear respecto a si sería positivo que redujera la fiscalidad autonómica, y señaló que la única obligación en este campo es cumplir el objetivo de déficit que se ha marcado