La extracción de petróleo conlleva siempre vertidos. Lo dice en sus informes anuales de responsabilidad social corporativa la compañía española Repsol, que explota el yacimiento marítimo más cercano a Mallorca, el de Tarragona. La petrolera advierte de que "los derrames son inherentes a la industria petrolera", reconoce que los vertidos de petróleo y gas se concentran "en las actividades de exploración y producción", y, en un ejemplo de transparencia que se complementa con inversiones millonarias en prevención, documentan que en su actividad mundial de 2006 a 2010 se produjeron 6.985 derrames, el grueso (6.658) fueron por razones operativas. En Tarragona hubo 14 derrames de consideración en los últimos diez años, a los que se unen en todo el mundo episodios mucho más graves que no son responsabilidad de Repsol.

TARRAGONA

Una fuente constante de problemas

Frente al delta del Ebro, a 46 kilómetros de las playas, se extraen al día 2.000 barriles de crudo, apenas un 0,1% de lo que consume España. A cambio, el litoral ha sufrido 14 derrames en 10 años, los más graves en 2009, cuando dos vertidos casi seguidos mancharon el mar con 130.000 litros de crudo.

Resto del mundo

El drama de la Deepwater

El golfo de México y sus playas turísticas padecieron en 2010 el estallido de la plataforma Deepwater: 594.000 toneladas de crudo pintaron la costa. Fue el mayor vertido de la historia de las plataformas, aunque ninguna explotación está exenta. Las más modernas, las noruegas del Mar del Norte, sufren frecuentes vertidos que recorren cientos de kilómetros.