­El juez Castro ordenó ayer al jefe superior de la Policía de Palma, Emilio Jarabo, que averigüe quién realizó la foto del interior de la sala donde estuvo declarando la infanta Cristina, que apareció ayer publicada en la portada de El Mundo. En la imagen aparece la hija del Rey de espaldas y a su izquierda se observa a dos de sus abogados. En la foto se identifica a Jesús Silva y a Pau Molins. No se observa a Miquel Roca, que también estuvo en el estrado. En la imagen no aparece el juez Castro. La trayectoria de la foto demuestra que se tomó desde alguno de los bancos situados al fondo de la sala y , por tanto, el autor fue alguna de las personas que estaban autorizadas a estar presente en la declaración.

El juez Castro había prohibido que se tomaran imágenes de la declaración de la hija del Rey. Así se lo habían pedido los abogados de la duquesa y el juez lo aceptó. Solo se grabó su declaración en audio. El magistrado había prohibido también a los asistentes a la declaración que tuvieran a mano algún tipo de aparato electrónico, precisamente para evitar la posibilidad de que se tomara una fotografía y que esta imagen se pudiera publicar en algún medio de comunicación, como así ha sucedido al final.

El servicio de seguridad del juzgado controló la entrada de todas las personas que estaban autorizadas a estar presentes en la declaración.

Todos los abogados tuvieron que identificarse y se les requisaron sus teléfonos móviles. Tuvieron que mostrar incluso si llevaban algún bolígrafo tipo cámara o un reloj con capacidad de grabación. El servicio de seguridad no permitió la entrada a ningún abogado cuyo nombre no estuviera en una lista. El mismo filtro de seguridad tuvieron que superar los fiscales Pedro Horrach y Miguel Ángel Subirán.

El juez Castro acudió ayer a los juzgados de Palma y solicitó que le facilitarán una lista detallada con los nombres de los abogados que acudieron a la declaración. La imagen parece que se tomó desde la segunda fila de los bancos.

En esta zona, según varios testigos, se sentaron los funcionarios y varios abogados. Las sospechas no se centran en los trabajadores del juzgado, que son de la máxima confianza del juez Castro, sino precisamente en algún abogado que incumplió la orden que prohibía tomar imágenes. Se cree que la foto o el vídeo se pudo hacer con algún aparato de grabación que se utiliza en prácticas de espionaje, que se camufla o en un broche o en un botón y que es difícil de detectar. Ayer ya se barajaban algunos nombres de sospechosos. La Policía investigará en qué lugar concreto se ubicó cada persona.