­La infanta Cristina regresó ayer por la mañana a Ginebra en un vuelo regular tras pasar la noche en Madrid, donde tuvo ocasión de trasladar a los Reyes sus impresiones sobre la comparecencia judicial en Palma celebrada el sábado.

La Casa del Rey no confirmó que doña Cristina hubiera pernoctado en el Palacio de la Zarzuela y tampoco su viaje de ayer por la mañana a Ginebra, porque esta institución no informa sobre desplazamientos privados de los miembros de la Familia Real.

La segunda hija de don Juan Carlos y doña Sofía viajó anteayer por la tarde a Madrid desde Palma, tras comparecer durante más de seis horas ante el juez instructor del Caso Nóos, José Castro.

Ayer por la mañana, antes de mediodía, cogió un avión con destino a Ginebra, su actual ciudad de residencia, donde trabaja para la Fundación La Caixa.

La Infanta se había desplazado desde la ciudad suiza hasta Barcelona días antes de la comparecencia judicial para preparar con sus abogados su declaración ante el juez . El sábado viajó desde la capital catalana hasta Palma a primera hora de la mañana, justo para llegar al juzgado poco antes de las diez de la mañana. Su marido Iñaki Urdangarin le acompañó durante su estancia en Barcelona, ciudad donde se alojaron en un hotel.

Hacia las seis y cuarto de la tarde la duquesa de Palma abandonó los juzgados de Vía Alemania, rumbo al aeropuerto

Los duques de Palma poseen en Barcelona un palacete en el barrio de Pedralbes, una mansión que han puesto a la venta.

Urdangarin se vio forzado a dejar su trabajo en Telefónica y actualmente se encuentra en el paro.

La hija del Rey sigue empleada en una fundación de La Caixa, pero desde hace unos meses su lugar de trabajo está en Suiza, donde el matrimonio ha alquilado una casa para vivir junto a sus hijos de corta edad.