­Al final del túnel de la crisis se ve la factura de luz más cara de la historia. La subida, que se llegó a calcular en un 11% en el precio de la electricidad a partir de enero, supondría en las islas un incremento medio de 87 euros por hogar. El recibo anual pasaría de los 796 euros actuales a 883, un golpe que coincide con el momento más delicado de la caja familiar desde que empezó la debacle económica. Cinco años de paro, recortes salariales y reducciones generalizadas de ingresos han hecho que Balears pase de ser la cuarta comunidad con renta familiar más alta a estar por debajo de la media.

El resultado directo es un endurecimiento forzoso de las condiciones de vida, que lleva a las familias a privarse de comodidades hasta ahora tan básicas como la calefacción. Según detallan los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística, en las islas hay más de 27.000 hogares que "no pueden permitirse mantener una temperatura adecuada en invierno". Un año antes eran casi el doble, coincidiendo con un invierno de precios de combustible tan elevados como similares a los que se esperan en los próximos meses. Y al principio de la crisis, allá por 2008, los mallorquines que pasaban frío en invierno eran muchos menos (se ha pasado de un 5% de hogares que no pueden pagar la calefacción a un 14,5 el año pasado, y un 6,3% en el presente).

¿47.000 hogares más sin luz?

Aunque quizá lo más preocupante sea cuántas familias tendrán que renunciar al radiador a partir del 1 de enero, cuando la mayor subida de la luz de la historia democrática les apague los ahorros. Algunos, como José Vicente Barcia, presidente de la Plataforma para un Nuevo Modelo Energético, ya han hecho estimaciones: uno de cada diez hogares llegará al límite de su capacidad para seguir pagando la luz. Si sus cálculos son atinados, dos millones de familias españolas y otras 47.000 de Balears se quedarían congeladas y a dos velas.

Un cálculo similar hacen en las principales asociaciones de consumidores y usuarios, en las que explican que ya hoy, antes de la subida, los datos oficiales revelan que un 10% de la población vive en condiciones de "pobreza energética", es decir, incapaces de pagar las facturas imprescindibles de luz, gas y combustible. Con la subida, avisan, ese índice podría dispararse. De hecho, justo eso es lo que ha ocurrido con los indicadores de pobreza en esta crisis. Cuando empezó, apenas una de cada seis familias de balears vivían en riesgo de pobreza. Hoy ya son dos de cada seis. Para ellos, la luz al final del túnel que ve el presidente Rajoy es un lujo que no pueden pagar.

Uno de cada tres hogares no tiene para afrontar gastos imprevistos

La sorpresa es inasumible: según la Encuesta de Condiciones de Vida, el 36% de los baleares no cuentan con capacidad económica para afrontar gastos imprevistos, mientras uno de cada cinco ha sufrido retrasos en el pago de recibos básicos como la luz, el alquiler, el gas o el agua, y el 42% de la población ya no puede permitirse vacaciones ni una semana al año. En cinco años, se ha pasado de un 25% de familias con dificultades para llegar a fin de mes a un 35%. Y subiendo.