Gustavo Villas, el nuevo director del centro penitenciario de Palma, anunció, ayer en su primer acto oficial con motivo de la fiesta de la patrona, que este año un total de 600 reclusos han decidido retomar sus estudios y se han apuntado a los cursos de formación que se organizan en la prisión. "Es un éxito a nivel nacional", destacó.

En su primer discurso público como máximo responsable de la cárcel, Villas, que sustituyó en el cargo a Manuel Avilés, quiso agradecer sobre todo la labor que realizan tanto los funcionarios como los trabajadores del centro penitenciario, sin olvidarse de los voluntarios. "Vuestro trabajo es tan importante y tan digno como el de los demás", señaló el director, que recordó que el principal objetivo del tratamiento penitenciario es conseguir la rehabilitación de la población reclusa. Por ello, el nuevo director del centro apostó por seguir una política penitenciaria que permita a los reclusos tener acceso a la formación a través de diferentes cursos o programas de integración. "Tenemos un trabajo complicado, que es devolver a la sociedad a personas que, por problemas distintos y por falta de valores, han terminado en la cárcel", recordó Villas.

Tras reconocer que en la cárcel de Palma también se padecen las dificultades económicas, el director se comprometió a seguir trabajando para conseguir la reinserción de los más de 1.500 presos que están en estos momentos ingresados en la cárcel de Palma. Recordó que el ágape con el que se agasajó a las autoridades y a los invitados al acto central del día de la patrona había supuesto un coste cero a la administración, gracias al esfuerzo de los reclusos que trabajan en la cocina y en la panadería de la prisión.

También tomó la palabra Felipa Solis, la directora del Centro de Inserción Social de Palma (CIS), quien quiso destacar la labor que realizan los funcionarios, sobre todo por "el rigor del trabajo" que desarrollan. Solis recordó que el centro que dirige no solo se encarga de la custodia de los presos, sino que también organiza cursos y programas para atender los problemas que padecen los reclusos. Asimismo, señaló que también se intenta buscar una solución a los problemas específicos de cada preso e hizo hincapié en la obligación que tiene el centro penitenciario para que el interno tenga acceso a la educación a través de diferentes programas. "La calidad de nuestro trabajo no debe notarse por los recortes", dijo.

Trabajo oculto

También se refirió al "trabajo oculto" de los funcionarios la delegada del Gobierno en Balears, Teresa Palmer, que destacó la labor silenciosa que realizan los casi 500 trabajadores del centro penitenciario de Palma.

Guiada por el director Gustavo Villas, y acompañada del alcalde de Palma, Mateu Isern, la delegada del Gobierno realizó su primera visita oficial a las instalaciones del centro penitenciario, y pudo ver de cerca el trabajo que se realiza para atender a los más de 1.500 presos. "Hoy he podido comprobar los progresos que se siguen en el interior de estas paredes gracias a una labor diaria que, por desgracia, ha sido poco reconocida socialmente". Y por este motivo, Palmer quiso agradecer "el trabajo tan oculto, duro y a la vez extraordinariamente importante que desarrollan los funcionarios de prisiones y las organizaciones colaboradoras".

El alcalde de Palma, Mateu Isern, también tomó la palabra para destacar el difícil trabajo que se realiza a diario en la prisión de Palma, pero sobre todo incidió en la labor de los funcionarios que se preocupan por conseguir el objetivo principal de la cárcel, que es la reinserción de los reclusos. "Prisión no es sinónimo de lugar donde se cumple una condena, debe ser un lugar donde el recluso consigue su reinserción en la sociedad", señaló Isern.

Vino español

El acto de celebración de la patrona no contó con la presencia de los representantes del sindicado UGT del centro penitenciario de Palma. Los sindicalistas se mostraron muy críticos con los actos que se organizaron ayer en la cárcel con motivo de la fiesta de la patrona, pero sobre todo por el gasto del "vino español" y el ágape que se sirvió a los invitados "mientras se reduce el sueldo a los trabajadores".